Aumenta la incertidumbre tras las elecciones generales del 20 de diciembre. Dos nuevas formaciones, Podemos y Ciudadanos, han entrado con fuerza en el Parlamento para comenzar a disputarle la mayoría a los dos grandes partidos tradicionales. PP y PSOE mantienen aún el liderazgo, pero muy condicionados, después de perder 5,4 millones de votos, con respecto a las elecciones de 2011.
El nuevo mapa obliga a pactar en todos los ámbitos, incluida la sanidad. Durante la campaña electoral, todos los partidos expresaron su intención de derogar la reforma sanitaria emprendida por Ana Mato y materializada en el Real Decreto 16/2012. Será uno de los puntos en los que el PP tendrá que dar su brazo a torcer con el fin de alcanzar acuerdos.
A pesar de sumar 123 diputados y mantenerse como la primera fuerza, el PP encontrará dificultades para gobernar. La formación que dirige el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, está muy lejos de los 176 escaños de la mayoría absoluta. Ni siquiera un hipotético apoyo de Ciudadanos, cuarto partido con 40 diputados, le permitiría superar esa barrera.
No existe una alternativa sencilla. El PSOE se mantiene como segunda fuerza con 90 escaños y Podemos obtiene 69. Los partidos de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no conseguirían tampoco acercarse a la mayoría absoluta.
