Se cuentan por decenas las misiones internacionales que han desarrollado las Fuerzas Armadas españolas. Afganistán, Irak, Somalia, Malí, El Salvador…y un largo etcétera. De cada una de ellas —y de las que están por venir—, los militares regresan con una lección aprendida y con deseos que no difirien tanto a los de la población civil.
Para profundizar, entre otros temas, en el conocimiento y perfeccionamiento de las misiones encomendadas a la Sanidad Militar y, justamente, de esas ‘lecciones aprendidas’, se organizó el II Congreso de Sanidad Militar en el Hospital Central de la Defensa (HCD) Gómez Ulla, bajo el lema ‘La nueva Sanidad Militar: adaptación, evolución y progreso’.
Si hubo algo que quedó patente desde el primer instante es que independientemente de ser civiles o militares, los profesionales sanitarios tienen, prácticamente, las mismas reivindicaciones. Durante el encuentro, se incidió en la importancia de unificar fuerzas y recursos y de trabajar en equipo, ya que solamente con la colaboración de todos los agentes implicados es posible conseguir los objetivos y más, cuando se trata de misiones en el exterior, donde prima el contar con un equipo bien formado.
“El planeamiento sanitario, la formación predesplegue —se hizo hincapié en el dominio de los idiomas— y la actualización y aplicación de las tecnologías de la información son fundamentales para seguir avanzando”, afirmó el teniente coronel médico Alberto Hernández-Abadía de Bárbara, del Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa (EMAD), quien no se olvidó de mencionar que “todas las especialidades fundamentales son importantes” cuando se va a desarrollar una operación militar.
Una idea suscrita por el comandante médico del HCD Gómez Ulla Luis Vicente Sáenz, que destacó que las diferencias entre los ejércitos españoles, los protocolos de actuación de las Fuerzas Armadas extranjeras y los disimilitudes entre los organismos americano y europeo —refiriéndose así a la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y la Agencia Norteamericana de Medicamentos (FDA)— hacen que sea más difícil avanzar. “La falta de unificación es nuestro gran caballo de batalla”, apostilló.
Una actuación rápida
Respecto a los medios con los que cuentan los equipos militares sanitarios, el comandante médico Ignacio Bodega, adjunto del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Gómez Ulla, explicó que en zona de operaciones “no se puede ir con todo resuelto”.
“A veces no se puede hacer una cirugía definitiva, por lo que nuestro objetivo prioritario es evitar la ‘tríada letal’ (hipotermia, acidosis y coagulopatía), mediante una cirugía rápida y resolutiva y, posteriormente, retratar”.
¿Y qué hay de los análisis clínicos, las reservas de sangre y plasma o el papel de enfermería en este contexto?
El teniente coronel farmacéutico José Luis Hernández, jefe del Servicio de Análisis Clínicos del hospital, indicó que entre los mínimos que se han de conservar en una unidad sanitaria militar se encuentran 40 bolsas de sangre y plasma fresco y congelado. A su vez, el capitán enfermero Antonio Peinado, del Área Quirúrgica del centro, incidió en que antes de ser designados para desempeñar una misión, los militares deben estar preparados.