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La plataforma “Tratamiento 2.0” de Onusida radica en reducir los costes y simplificar los regímenes de la terapia antirretroviral
La permanencia de un reservorio viral y las incógnitas inmunológicas cronifican los problemas hacia la vacuna, pero la ciencia avanza
Cecilia Ossorio
Barcelona
Los avances científicos sobre la infección por VIH se suceden sin cesar y cada vez derriban más barreras hacia la consecución de la vacuna. En las lunas de plata de la terapia antirretroviral, que acaba de cumplir 25 años, poco más logro se puede alcanzar. Y sin embargo, hay diez millones de vidas, de aquí a 2025, que dependen de que los países cumplan los objetivos de tratamiento.
Así lo comunica el informe “Perspectivas”, de Onusida, presentado en Ginebra días antes de la 18ª Conferencia Internacional sobre Sida, que acaba de comenzar en Viena.
Michel Sidibé, director ejecutivo de este programa de Naciones Unidas, aboga por el Tratamiento 2.0, un nuevo enfoque que simplifica la terapia y amplía el acceso al tratamiento, algo que no sólo evitaría muertes y nuevas infecciones —hasta un millón—, sino con potencial “para ofrecer beneficios significativos en el campo de la prevención”. El informe destaca que en la actualidad, de los 15 millones de personas que lo necesitan, tan sólo 5 millones tienen acceso a la terapia antirretroviral.
Un punto positivo es que, según un estudio realizado por Onusida, el mensaje de la prevención parece calar con mayor fuerza entre los jóvenes, pues la prevalencia del VIH ha decrecido más de un 25 por ciento en 15 de los 25 países más afectados por el sida.
Hallazgos 2010
Mientras, la comunidad científica ha dado nuevos pasos en el conocimiento de los mecanismos inmunitarios implicados en la protección contra la infección y del comportamiento viral.
Una investigación realizada por un equipo del Hospital Clínic-Idibaps, en el marco del Hivacat (Centro Catalán de Investigación y Desarrollo de Vacunas para el Sida), publicado en PlosOne, demostró que unos péptidos que secretan las células dendríticas, las alfa-defensinas 1-3, juegan un papel clave en el control de la infección”.
Por otro lado, un estudio del Irsicaixa, publicado en Nature Medicine, detectó replicación viral en seropositivos ya tratados, confirmando la hipótesis de que la terapia no es siempre efectiva al cien por cien aunque se suprima el virus en sangre. Según comprobaron, la intensificación de la terapia con raltegravir bloquea esta vía de infección activa.
La terapia génica también ha figurado como prometedora a raíz de un trabajo publicado en Science Translational Medicine. Se probó en cuatro pacientes con VIH y con linfoma no Hodgkin, y las células modificadas genéticamente que trasplantaron lograron evitar que el VIH se replicara, manteniendo su efecto protector durante los dos años que duró el estudio.
En el terreno de las vacunas, José María Gatell, jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic de Barcelona, ha recibido este año el Premio Fundación Lilly de Investigación Biomédica Clínica 2010.
Su grupo, a partir de una idea original de Teresa Gallard, ha realizado dos estudios pilotos preliminares con células dendríticas autólogas, que se extraen del paciente, se manipulan para estimularlas con el propio virus y se vuelven a inyectar para mejorar la reconstitución de su sistema inmune. “Hemos visto que el procedimiento es seguro, se tolera bien, y tiene una eficacia limitada, ha funcionado en un 30 por ciento de los pacientes”, explicó el experto a GM.
Si bien es insuficiente para extrapolarlo a la práctica clínica, estos resultados sugieren que el sistema puede funcionar si se perfecciona.
En otro sentido, el mismo grupo está centrando esfuerzos en desarrollar una vacuna preventiva, pero Gatell destacó que la investigación más avanzada, de un grupo de Tailandia, que en un estudio clínico fase III con la participación de 16.000 voluntarios adultos durante seis años, logró una tasa de protección menor del 30 por ciento, una cifra que aún dista del 80-90 por ciento de eficacia necesario para utilizarla de forma masiva.
El último hallazgo de un grupo del Centro de Investigación de Vacunas de EEUU, publicado en Science, revela que los anticuerpos humanos VRCO1 y VRCO2 son capaces de detener alrededor del 90 por ciento de las cepas del VIH.
El motor investigador trabaja a marchas forzadas, pero la percepción de la población mundial, según la primera encuesta pública internacional sobre VIH realizada por Onusida, es que el sida es el principal problema de atención sanitaria en el mundo. Aun así, no se pierde la esperanza de detener la propagación para 2015. A juicio de expertos como Santiago Moreno, del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, esto sería posible si se extendiese la realización de la prueba de detección a toda la población entre 20 y 65 años.