Carmen M.López Madrid | viernes, 04 de marzo de 2016 h |

La escalada de tensión en las Cortes ha contagiado también al Parlamento Madrileño. Las ‘herencias’ sanitarias de legislaturas pasadas fueron uno de los objetos a analizar en el debate monográfico sobre la situación de la sanidad en la Comunidad de Madrid. Un encuentro en el que se puso sobre la mesa las privatizaciones, el ladrillo sanitario y los colapsos en las listas de espera.

El consejero de Sanidad, Jesús Sánchez Martos, arrancó su comparecencia lanzando el guante a los grupos parlamentarios regionales de alcanzar un Pacto por la Sanidad. No cabe duda para Sánchez Martos de que la sanidad autonómica es un “referente a nivel nacional e internacional”, algo que otros grupos como Podemos y PSOE acogieron con cierto escepticismo.

El “proyecto reformista” del Gobierno de Cristina Cifuentes requiere de la colaboración de todos para alcanzar la universalidad, eficiencia, sostenibilidad y excelencia del sistema sanitario. Precisamente, el instrumento para ello es la humanización. El bastión, por cierto, del equipo popular en los últimos meses. De este modo, conscientes de que todo ello requiere de una mejora de las infraestructuras y el fomento de la continuidad asistencial, Sánchez Martos está convencido de que se está avanzando en este sentido.

Para ello, el Gobierno regional está trabajando en una ruta sociosanitaria del proceso asistencial que garantice la continuidad entre atención primaria y hospitalaria, reforzando a enfermería e impulsando el plan de listas de espera.

La novedad más reciente que adelantó Sánchez Martos fue el plan integral de urgencias y emergencias en el que la consejería se compromete a que en “menos de diez días no habrá ningún paciente que espere más de 24 horas en la sala de observación de urgencias”. A su juicio, estas áreas son su primer objetivo. Se hará con contratos de gestión, implicando a los gestores y confiando en la “complicidad de los profesionales”.

Por delante también está previsto sacar adelante un plan de enfermedades poco frecuentes, y poner en marcha la carpeta virtual sanitaria de forma progresiva.

Balance

En materia de universalidad. El líder sanitario ha garantizado que en la comunidad no se está excluyendo a nadie. “Que no se confundan con campañas desleales como la del Ayuntamiento”, aseveró el consejero en relación a la campaña lanzada por el Consistorio que llama a todo el mundo a que acuda a los centros de salud si está enfermo, aunque no tengan papeles.

El balance de estos ocho meses al frente de la cartera sanitaria “es positivo”, destacando la creación del Observatorio de la Hepatitis C.

En su intervención, Sánchez Martos ha reiterado que se considera el consejero “de la sanidad pública y privada”.

“Por omisiones”

Las réplicas de los grupos de la oposición se centraron en enumerar algunas de las reformas que llevaron a cabo los equipos de Gallardón o Esperanza Aguirre. A la portavoz sanitaria de Podemos, Mónica García, no le convenció el discurso del consejero. A su juicio la “sanidad madrileña es un paciente con síntomas de enfermedad y que además puede morir de corrupción”, espetó.

La politización del sistema sanitario es una de las amenazas actuales y los hospitales se han convertido en “una suerte de cortijos donde se premia el inmovilismo y la lealtad política”.

El grupo socialista —promotor de este monográfico— de la mano de su portavoz José Manuel Freire, describió la intervención del consejero como “previsible en su antañismo político”. En este sentido, reprochó al equipo popular la ausencia de evaluación de los resultados que permitirían comparar qué camino está tomando el sistema sanitario. “La sanidad madrileña es de contrastes y paradójica en la que hay áreas de excelencia pero que falla en lo más ordinario, como son las listas de espera, las urgencias, y la atención a crónicos”, indicó.

Freire reprochó además las ausencias en el discurso de estrategias frente a la prevención, salud pública, o privatización.

En materia de recursos humanos, el portavoz socialista considera que la comunidad no ha sabido planificar más allá del auge del “ladrillo sanitario” con la creación de centros de salud y hospitales, sin aumentar plantillas ni camas.

Financiación

Una de las cuestiones más graves para Freire es que “se puede hablar de desinstitucionalización de la sanidad madrileña hasta un nivel preocupante”. Además, no concibe que el Gobierno madrileño no contemple una política fiscal como la de otras comunidades, y recordó que la comunidad se encuentra la tercera por la cola en términos de financiación per cápita. “¿Cómo va a gestionar el Gobierno con la infrafinaciación que existe?”, se preguntó el socialista, al tiempo que recordó que déficit estructural de la comunidad es de 500 millones al año.

En materia de recortes, la comunidad ha perdido cerca de 5.858 entre el 2009-2014, y no descartó que la cifra sea más alta “debido a que no existen registros de personal en el sistema madrileño”.

Durante la intervención del Grupo Parlamentario de Ciudadanos el portavoz, Daniel Álvarez, exigió un Plan de Salud que incluya atención primaria y el refuerzo de la cronicidad de la región. Lo ideal para Álvarez es que sea una estrategia en la que participen profesionales, administración y otros agentes. En esta línea, destacó que debe hacerse hincapié en la prevención, centrada en determinantes sociales y económicas y en la humanización del sistema. La atención domiciliaria en primaria y paliativos es otra de las áreas a impulsar por parte de la comunidad.

La formación naranja pidió también llevar a cabo actuaciones “decididas” contra los factores asociados al cáncer y agilizar los procesos diagnósticos de tratamiento, además de centrar estrategias contra las enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas.

Con todo, si en algo coincidieron los parlamentarios fue en la necesidad de potenciar plantillas. En este caso, el diputado de C’s recalcó que hace falta contratar profesionales en el turno de tarde para reducir las listas de espera y los retrasos en las pruebas diagnósticas.