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Hasta 2009, el servicio vasco de salud había necesitado adendas presupuestarias de entre 80 y 90 millones de euros anuales. Desde la entrada del Gobierno socialista de Patxi López, no ha necesitado recursos adicionales, a pesar de que su presupuesto no ha crecido. Y aún así tampoco ha dejado de pagar a sus proveedores en un plazo de unos 70 días. ¿Cuál es la receta de la suficiencia financiera vasca? Un doble compromiso político para asignar a la sanidad los recursos necesarios y para gestionarlos de manera eficiente.
Así lo expuso el viceconsejero de Sanidad del Gobierno vasco, Jesús María Fernández, en una entrevista retransmitida a finales de diciembre en Business TV con la colaboración de Celgene. En ella, explicó los avances de las medidas planteadas con el objetivo de transformar el sistema sanitario y —utilizando un símil del consejero Rafael Bengoa— transformar el “chasis de los años 70 para hacer una sanidad distinta”.
Dicho proceso ha pivotado sobre el cambio de un modelo de gestión de la sanidad centrado en procesos agudos hacia otro centrado en los crónicos y en la prevención, además de la curación.
Esta transformación ha requerido avances en tres campos: la integración de etapas asistenciales, la educación al paciente y las tecnologías de la información: Osakidetza ha avanzado así en la historia clínica electrónica y en una e-receta vinculada, no al concepto de ‘una receta = un medicamento’, sino al concepto del ‘plan farmacoterapéutico activo del paciente’. El concepto de educación al paciente, más complejo, se ha diversificado en tres estrategias: prevención, entrenamiento para el seguimiento de la propia patología y canales de interacción y consulta con los profesionales.
Estas medidas, junto con otras encaminadas a la reducción de costes sin mermar la calidad de las prestaciones, permiten hoy a Euskadi hacer una gestión sanitaria sostenible en situación de escaso crecimiento económico sin tener que recurrir a fórmulas como el euro por receta catalán, que Jesús María Fernández rechaza. A su juicio, “hay muchas otras medidas que se pueden tomar para mejorar la sanidad sin repercutir el coste sobre los pacientes”.
Mensaje para Ana Mato
Pero el País Vasco no es ajeno a los problemas. De hecho, es protagonista indirecto de uno de los conflictos con los que comienza el año 2012 y la legislatura de Rajoy: la atención sanitaria a pacientes limítrofes, en este caso con La Rioja.
“En el caso de que alguna comunidad autónoma quiera replantear esta situación porque crea que le es perjudicial, hay que hacerlo con una estrategia nacional en el Consejo Interterritorial”, dice el viceconsejero. Así se lo transmitirá a la nueva ministra de Sanidad, Ana Mato.