Tiene una sonrisa que no le cabe en la cara, desborda ímpetu y entusiasmo por los cuatro costados, asegura que fue una “grandísima empollona” y es más modesta de lo que dice ser. Detrás de estos rasgos se encuentra Mercedes Hurtado, jefa de Sección del Servicio de Oftalmología en el Hospital La Fe y presidenta del Colegio Oficial de Médicos (COM) de Valencia, de quien destacamos su pasión por la pintura al óleo, el golf, el senderismo, el piano y, sobre todo, por su trabajo. Ella es, sin duda, una mujer todoterreno.
Pregunta. ¿Por qué te decantaste por medicina?, ¿vocación, casualidad?
Respuesta. Yo me había preparado para matricularme en arquitectura. Lo cierto es que no quería estudiar medicina, pero mi bisabuelo y tatarabuelo fueron médicos y un verano en Albalat de la Ribera (Valencia) cayeron en mis manos algunos de sus libros de medicina y dije ‘¿por qué no?’. Aparte, creo mucho en el destino y cuando fui a matricularme en arquitectura, el plazo de preinscripción ya se había acabado, mientras que en medicina seguía abierto.
P. ¿Y lo de oftalmología?
R. Me gustaba psiquiatría, pero ese año la plaza —en Valencia— se cogió con el 140 y yo tenía el 290, así que me decanté por una especialidad médico-quirúrgica. Quedaba una plaza en oftalmología y la cogí. Años después, terminé casándome con el 43, que también había elegido esa especialidad. Risas. Yo no nací con vocación, ha sido la vocación la que me ha encontrado a mí.
P. ¿Hay que tener ‘buen ojo’ para encontrar soluciones a los diferentes problemas que existen en torno a la sanidad española?
R. Hay que tener ojo clínico para diagnosticarlo y después encontrar soluciones. El problema es la falta de dinero.
P. Entonces, ¿hay que ponerle gafas para corregir ese ‘problema de visión’?
R. Las gafas consisten en una mayor aportación económica. Hay que aumentar el presupuesto como sea para poder tener más recursos humanos.
P. Centrándonos en tus hobbies, ¿cómo surgió la pasión por la pintura?
R. En la década de los 70, cogí la caja de pinturas de mi madre y me convertí en autodidacta. Me gustaba replicar en grande láminas de palmero que compraba, pero cuando aprobé el MIR, me especialicé, me casé y tuve dos hijos, la pintura quedó en un segundo plano.
P. Tienes ante ti un lienzo para pintar la realidad del SNS, ¿cómo sería?
R. Muchos grises en señal de los fallos en la gestión y cosas que faltan y luego batas blancas y mucho verde de esperanza.
P. Otra de tus grandes aficiones es el golf… ¿qué tal se te da ‘patear’?
R. El path, en golf, es lo que peor se me da, porque hago un tiro muy largo, entro con el drive, pero cuando llego al green la fastidio. No tengo un hándicap muy alto, principalmente, porque no compito, aunque algún día lo haré para saber cuál tengo realmente.
P. Y, en otro contexto, si hablásemos de ‘patear’ a alguien por la mala gestión…
R. ¡Qué pregunta más difícil!, aunque…en el fondo, nadie se merece un pateo.
P. ¿Cuál es tu swing?
R. A nivel profesional, es bastante bueno, gracias a la ilusión y experiencia. Respecto al golf…lo cierto es que no es muy bueno. Risas.
P. Tienes manos de pianista…
R. …Estoy en tercero de piano en la Unión Musical de San Antonio de Benagéber (Bétera). Era mi asignatura pendiente. Mi madre siempre ha tocado el piano y yo nunca, a pesar de que en casa siempre ha habido uno.
P. ¿Cuáles son las teclas más difíciles de tocar en el sistema sanitario?
R. Lo más complicado es coordinar a un grupo, el trabajo en equipo y la comunicación entre todos los estamentos. Lo que la sociedad necesita no son jefes, sino líderes. Personas que consiguen que la gente haga lo que tiene que hacer sin darse cuenta.
P. El último comentario. ‘Ojos verdes son traidores, azules son mentireiros, los negros y acastañados son firmes y verdadeiros’. Los tuyos son azules…
R. …puedes poner en duda todo lo que te acabo de decir. Risas. Lo del color no me lo acabo de creer del todo. Yo más bien diría que los ojos son el espejo del alma y que no hay que fijarse en el color, sino en el brillo y en la mirada de la persona con la que hablas.
Tu cuadro preferido: ‘La lección de anatomía del doctor Nicolaes Tulp’, de Rembrandt.
Una canción al piano: ‘My Way’, de Frank Sinatra; aunque realmente es de Paul Anka.
Un libro: ‘La vieja sirena’, de José Luis Sampedro.
Una película: Una de ellas, ‘Los Otros’ de Alejandro Amenábar.
Si no hubieses sido médica serías… Médica.