En enero de 2015 entrará en vigor la norma reguladora del IVA que hará que los equipos médicos, aparatos, productos sanitarios y demás instrumental, de uso médico y hospitalario, con algunas excepciones, pasen a tributar de un 10 por ciento a un 21.
Ante lo inminente de este cambio sustancial, el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS) junto a la Federación Nacional de Clínicas Privadas (FNCP), la Confederación Nacional de Clínicas y Hospitales Privados (Cnchp) y la Asociación Nacional Empresarial del Laboratorio Clínico (Anlac), consideran que si no se toman medidas de apoyo a las partes de la cadena de valor afectadas, y no se plantean medidas de estímulo a la compra de tecnología, como ocurre en otros sectores productivos, esta subida puede poner en riesgo tanto la actualización tecnológica futura como la competitividad y la viabilidad de muchos centros acreditados, sin olvidar la continuidad del gran número de puestos de trabajo, altamente cualificados, del sector.
Con esa finalidad recordaron en un comunicado que:
1. Los hospitales y clínicas privadas soportan el IVA de todos los productos y servicios que necesitan, pero no se puede repercutir de manera directa a pacientes, aseguradoras o servicios públicos, lo que significa un agravio comparativo importante y una lesión evidente de sus intereses y cuentas de resultados. Con ello, se pone en serio peligro su sostenibilidad y solvencia.
2. La subida del IVA sanitario de un 10 a un 21 por ciento, aplicable a partir del 1 de enero de 2015, implicará un incremento de costes para el sector hospitalario privado de 82.809.206 euros (un 2,6 por ciento de sus compras habituales), lo que supone un 0,8 por ciento de sus ingresos: así lo recoge la actualización de 2014 del Informe “Análisis del impacto de la subida del IVA en el sector sanitario privado español”, desarrollado por el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), con motivo de la próxima entrada en vigor de la norma reguladora del IVA.
3. La extrapolación al mercado hospitalario privado del citado 0,8 por ciento supone una reducción de los resultados en EBITDA de un ocho por ciento de media. Y esto significa que el 53 por ciento de los hospitales privados en España tendrá resultados en EBITDA negativos o menores de 500.000 euros y ello impactará tanto en su solvencia y sostenibilidad como en el empleo cualificado que generan.
4. Por otro lado, si no se compensa este incremento con medidas que involucren a toda la cadena de valor del sector y del sistema y no se plantean medidas de estímulo a la compra de tecnología como ocurre en otros sectores productivos, se producirá un evidente riesgo de viabilidad futura de muchos centros, además de una posible ralentización de las inversiones por parte de los hospitales y clínicas privadas debido a la fuerte subida del coste real en la adquisición de bienes de inversión (incremento superior al 2,6 por ciento) y ello puede afectar sin duda a la competitividad de nuestro sistema.
5. Como conclusión, el impacto de esta concatenación de hechos impacta en un sector en el que la cooperación entre el Estado y las empresas no ha alcanzado el nivel óptimo deseable, ya que tan solo el 11 por ciento del presupuesto de gasto sanitario público se aplica a los conciertos de operadores de sanidad privada, el sistema de mutualismo administrativo (Muface, Isfas, Mugeju) se mantiene con dificultades crecientes y las concesiones administrativas se han visto ralentizadas y mermadas en su desarrollo futuro.