Día Mundial del Ictus/ Son necesarios planes nacionales que fomenten una mayor información y promuevan el diagnóstico precoz

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fRancisco rosa Madrid | viernes, 02 de noviembre de 2012 h |

La fibrilación auricular (FA) se ha convertido en un problema de salud pública, hasta el punto de que puede considerarse como el trastorno más común del ritmo cardíaco. En total, la FA afecta actualmente a unos diez millones de europeos y, dado el avance imparable del envejecimiento de la población, se espera que la cifra aumente hasta cerca de 30 millones de cara a 2050, una situación que los expertos consideran preocupante, sobre todo si se tiene en cuenta que el riesgo de sufrir un ictus es cinco veces superior en personas que padecen este trastorno.

Por este motivo, miembros del Parlamento Europeo, entre ellos el español Masip Hidalgo, se han unido a más de 90 organizaciones médicas y de pacientes, así como a unas 100.000 personas, para dar apoyo al “Manifiesto global de los pacientes con fibrilación auricular”. Con este documento, que se lanzó con motivo de la celebración, el pasado 29 de octubre, del Día Mundial del Ictus, se pretende hacer un llamamiento a los distintos gobiernos, así como a la Organización Mundial de la Salud (OMS), para que impulsen y mejoren los programas de prevención de los eventos cerebrovasculares derivados de la FA.

Según sus impulsores, entre ellos organizaciones AntiCoagulation Europe, Arrhythmia Alliance, Atrial Fibrillantion Association, Irish Hearth Foundation, StopAfib.org y la Stroke Alliance for Europe, el gasto generado por el ictus en Europa ascendió, solo en 2010, a 64 billones de euros. Del total de episodios, sobre el 15 por ciento puede atribuirse a la FA, por lo que el coste estimado para la atención de eventos generados diez billones. Unido a esto, se debe considerar que el ictus por FA genera discapacidad permanente en más de un tercio de las personas que lo sufren, que, además, suelen padecer complicaciones.

Todos estos costes, económicos y humanos, podrían reducirse, aunque para ello es preciso que las distintas autoridades actúen en el ámbito de la prevención, la clave del éxito en la gestión de las consecuencias derivadas de la FA. Como indica Hidalgo, “los gobiernos nacionales deberían trabajar junto con las organizaciones médicas y de pacientes para que la prevención y atención de los ictus relacionados con FA se convierta en una prioridad sanitaria nacional y para que se pongan en práctica los planes para la prevención del ictus”. Estos planes, según él, deben basarse en “mejorar el acceso a la educación, el diagnóstico temprano de la FA y la gestión adecuada para prevenir los ictus relacionados con esta”.

Incidencia en España

En sintonía con lo que está ocurriendo a nivel europeo y con la solicitud de Hidalgo, la Sociedad Española de Cardiología (SEC), junto con la Fundación Española del Corazón, emitió un comunicado para informar de que el ictus afecta cada año a cerca de 130.000 españoles y fue la causa de más 30.000 muertes en 2010, según los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Por este motivo, desde ambas entidades se hace un llamamiento a avanzar en la prevención.

En esta línea se pronunció recientemente la Sociedad Española de Arterioescloris (SEA), que recordó la importancia de actuar en esta área terapéutica. Entre las recomendaciones que ha realizado esta sociedad científica destaca la necesidad de que los pacientes adopten “estilos de vida saludables”. Es decir, practicar regularmente ejercicio físico y llevar una dieta equilibrada, así como reducir la cantidad diaria de sal ingerida, ya que contribuye a la aparición de hipertensión, y también las grasas saturadas, ya que elevan los niveles de colesterol en sangre. Así lo destacó Fernando Civeira, presidente de la SEA, quien recordó además que “la hipertensión y la hipercolesterolemia son dos de los factores de riesgo cardiovascular más importantes” de los que pueden desencadenar un ictus.

Otra herramienta en el ámbito de la prevención son los nuevos anticoagulantes orales (rivaroxaban y dabigatrán exetilato) aprobados por las agencias regulatorias para evitar los casos de ictus asociados a la FA. Estos fármacos han sido incluidos en las guías de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) como “alternativa válida para los pacientes que toman Sintrom”, explicó a EG José Luis Zamorano, jefe del servicio de Cardiología del HospitalRamón y Cajal, que tomó posesión de su cargo como presidente del Comité de Guías de la ESC en el último congreso celebrado en Múnich (ver EG núm. 576).

Trabas al acceso

Pese a la inclusión de estos fármacos en la guía europea y su aprobación por parte de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), los pacientes españoles tienen dificultades para acceder a los mismos, pese a que han demostrado superioridad en lo que respecta a la seguridad y comodidad. Como característica destacada, cabría señalar que no requieren de un seguimiento tan exhaustivo como la terapia convencional.

Según han señalado diversos agentes del sector, estas trabas al acceso tienen relación directa con las recomendaciones realizadas por la propia Aemps, que recientemente hacía un llamamiento a “tener en cuenta el impacto presupuestario de la sustitución de los antagonistas de la vitamina K (Sintrom) por los nuevos anticoagulantes orales”. Bayer y Boehringer Ingelheim, compañías afectadas por la introducción de estos criterios, dado que son las propietarias de las patentes de rivaroxaban y dabigatrán, no tardaron en reaccionar (ver EG núm. 580), denunciando el hecho de que los “criterios economicistas se superpongan a los criterios clínicos” en un ámbito tan delicado como es el del ictus.

En esta misma línea, Ignacio Fernández, presidente de la sección de Arritmias de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), asoció estas trabas con la obsesión de la Administración con el ajuste del gasto farmacéutico. “Si extrapolamos el modelo de Estados Unidos, con menos restricciones económicas, en estos momentos deberíamos tratar al 25 por ciento de los pacientes con ACO’s, pero la realidad es que solo los reciben en torno al 4 por ciento”, explicó.

El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty, aprovechó la celebración del Día Mundial del Ictus para detallar los resultados obtenidos por el Plan de Atención a esta enfermedad. En los últimos cinco años, tiempo que lleva en marcha la iniciativa, se ha incrementado el número de pacientes que han recibido atención por esta patología en cerca de un 14 por ciento. A este respecto, cabe destacar que los profesionales que operan en los seis hospitales madrileños que cuentan con unidad específica para el ictus consiguieron reducir la tasa de mortalidad asociada en un 16,2 por ciento.