World Diabetes Congress – International Diabetes Federation (IDF) 2011

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josé garcía Enviado especial a Dubai | viernes, 09 de diciembre de 2011 h |

La necesidad o no de incluir medicación en la intervención precoz para prevenir la diabetes fue uno de los debates estrella de la 21ª edición del Congreso Mundial de Diabetes que, organizado por la Federación Internacional de Diabetes (IDF), acaba de celebrarse en Dubai.

La controversia entre los expertos es un hecho. Ralph DeFronzo, del Centro de Ciencias de la Salud, Diabetes y Metabolismo de la Universidad de Texas, defendió la postura favorable y concluyó que la intervención farmacológica con las moléculas existentes —tiazolidinedionas, metformina, acarbosa o análogos de la GLP-1— reduce de manera considerable la tasa de conversión de IGT en diabetes tipo 2. “La terapia no farmacológica (dieta más ejercicio) por sí sola reduce la conversión, ahora bien es complicado de implementar y sostener a largo plazo, tal y como han demostrado los programas de prevención de diabetes (PPD) donde el peso perdido termina recuperándose”, señaló DeFronzo e insistió en la dificultad de trasladar a la práctica clínica real los resultados de los PPD. En este sentido, hizo referencia a un estudio realizado en Finlandia donde sólo un tercio de los pacientes con alto riesgo de padecer diabetes redujo de forma satisfactoria su peso más de un 2,5 por ciento. Además, entre un 40 y un 50 por ciento de los pacientes con IGT progresaron a diabetes tipo 2 a pesar de la pérdida de peso. Por el contrario, la intervención farmacológica con moléculas que revertían anormalidades patofisiológicas conocidas —disfuncionalidad de las células beta o resistencia a la insulina— previnieron de forma uniforme la progresión de IGT a diabetes tipo 2.

Así, las tiazolidinedionas disminuyeron entre un 50 y un 70 por ciento esa progresión, tal como demuestran estudios como el Act Now. Metformina en los DPP de Estados Unidos e India redujo el desarrollo a diabetes tipo 2 en alrededor del 30 por ciento, y es recomendada por la ADA. Un reciente análisis de diez años de seguimiento del DPP demostró que la terapia con metformina es coste efectiva en la prevención de la diabetes. En el estudio Canoe, una dosis baja de tiazolidinedionas (rosiglitazona 2 mg /día) más metformina (1.000 mg/día) fue especialmente efectiva para prevenir la conversión de IGT a diabetes tipo 2 y se asoció a mínimos efectos secundarios. En cuanto a los análogos de la GLP-1, aumentan la secreción de insulina, preservan la función de las células beta y favorecen la pérdida de peso, por lo que son beneficiosos en la prevención precoz. De hecho, un estudio de 20 semanas con liraglutide redujo la conversión de IGT en diabetes en un 90 por ciento de población obesa con alto riesgo y un 61 por ciento perdió un 5 por ciento de su peso.

Genómica preventiva

A pesar de estos datos, Jaakko Tuomilehto, del departamento de Salud Pública de la Universidad de Helsinki, encargado de defender la postura en contra, matizó que la prevención farmacológica de la diabetes tipo 2 podría ser efectiva siempre y cuando la molécula pueda administrarse y el paciente la pueda tomar, y además la tolere, si no existen efectos no deseados, si el paciente está dispuesto a seguir una terapia a largo plazo, si esa terapia no provoca una severa morbilidad o mortalidad, o si el paciente previene otra patología con otro fármaco concreto. También expuso que si un paciente desarrolla DM2, necesitará más fármacos y que el siguiente paso, a su juicio, podría ser la genómica preventiva con el genotipado para predecir aquellos pacientes que mejor responden a medidas enfocadas en el cambio de estilos de vida o a las terapias farmacológicas.