CAFÉ DE REDACCIÓN: Encuentros Salud 2000
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Redacción Gaceta Médica La implantación de la medicina personalizada en el Sistema Nacional de Salud (SNS) es ya un hecho imparable en el campo de la oncología. Y no solo eso, sino que su efectiva introducción podría además significar a largo plazo un importante ahorro para el sistema. Estas fueron las principales conclusiones del XXVI Encuentro Salud 2000, organizado por la Fundación de Ciencias del Medicamento y Productos Sanitarios (Fundamed) y la Fundación Salud 2000. Así, los especialistas reunidos en este XXVI Encuentro confirmaron de manera unánime el título de la mesa de debate: “Oncología personalizada como elemento clave en la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud”. Eso sí, para lograr finalmente este objetivo, Álvaro Rogado, director de la Unidad de Oncología de Merck en España, subrayó la importancia de que los avances conseguidos en investigación “se trasladen a la práctica clínica en el tiempo más reducido posible”. En este sentido, Rogado también consideró trascendental el papel de las autoridades sanitarias en este proceso, por su función reguladora, así como el de las agencias nacionales. Por su parte, Cristóbal Belda, adjunto del Servicio de Oncología del madrileño Hospital La Paz, enfatizó la “oportunidad histórica” que supone la crisis para la medicina personalizada, ya que este tipo de medicina “ofrece un nuevo modelo que permite ahorrar dinero”. Gracias a estas terapias individualizadas, basadas en biomarcadores muy sencillos y capaces de analizar el genoma completo de un paciente, se puede “seleccionar a los pacientes que se adecúan a un determinado tratamiento”, aseguró Belda, lo que explica en parte ese importante ahorro económico que puede suponer la medicina personalizada para el SNS. El fin último de este tipo de medicina individualizada es precisamente el paciente. Y, en una patología como el cáncer, en el que el rango terapéutico entre toxicidad y eficacia es estrecho, la personalización de los tratamientos se vuelve todavía más importante si cabe. De hecho, Antonio Burgueño, director general de Hospitales del Servicio Madrileño de Salud de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, aprovechó el encuentro precisamente para resaltar que los médicos están “cansados de decir que no hay enfermedades, sino enfermos”. Según explicó Burgueño, “un cáncer, por ejemplo, no sigue la misma evolución en un enfermo que en otro” y, por eso, porque cada patología se comporta de manera distinta en cada persona, los médicos deben ir acoplándose a “cómo es el paciente ante su propia enfermedad”. Además, los expertos también señalaron que el derecho que tiene todo paciente a estar informado sobre su tratamiento terapéutico también se ve beneficiado por los estudios moleculares propios de la medicina personalizada. Según los especialistas, en estos estudios moleculares se pueden ver reflejados datos como, por ejemplo, en qué punto se encuentra la enfermedad o qué mecanismos va a utilizar el oncólogo para combatirla, partiendo de la base de que ni todos los pacientes ni todos los tumores son exactamente iguales. Para Jesús García-Foncillas, director del Departamento de Oncología del Hospital Universitario de la Fundación Jiménez-Díaz y director de la Unidad de Investigación de Cáncer del Instituto de Investigación Sanitaria JFD-UAM, lo más importante de esta medicina personalizada es que redunda en “la calidad de vida del paciente”. Según explicó García-Foncillas, la posibilidad de plantear programas de screening en función de la carga genética del individuo, así como seguimientos específicos según el perfil molecular asociado al riesgo de recidiva y/o metástasis, son aspectos muy importantes en el tratamiento eficaz del cáncer. Asimismo, García-Foncillas resaltó también la importancia de la información proporcionada por los biomarcadaores tanto para generar e ir construyendo, desde el paciente, una base para la investigación, como para “sacar el mayor partido a los recursos sanitarios y optimizarlos para que el porcentaje de éxito sea el mayor posible”. La voz de los pacientes también tuvo su espacio en este debate de la mano de María Antonia Gimón, presidenta nacional de la Asociación de Pacientes con Cáncer de Mama (Cecma), que reconoció el esfuerzo del SNS por mejorar la calidad de la asistencia oncológica en España. Al mismo tiempo, Gimón también pidió un “trabajo conjunto entre especialistas, autonomías, hospitales y pacientes” en el ámbito de la medicina personalizada, una terapia que, según Gimón, terminará siendo una buena inversión a largo plazo, ya que es beneficiosa tanto para los pacientes como para las autonomías. Para finalizar, la mayoría de los reunidos coincidieron en la necesidad de implantar cuanto antes el modelo de medicina personalizada en el SNS. Así, podrían empezarse ya a ahorrar costes y a generar puestos de trabajo altamente cualificados. El problema aquí, según García-Foncillas, es que los oncólogos están todavía poco habituados tanto a trabajar de forma colaborativa como a cambiar culturalmente la forma de hacer las cosas. Y, a modo de reflexión, Carmen G.Madrid, presidenta ejecutiva de la Fundación Salud 2000, indicó que ahora es el momento de que los profesionales sanitarios recapitulen sobre lo conseguido y hacia dónde deben caminar. Porque eso siempre es importante antes de un cambio. | viernes, 20 de enero de 2012 h |
José Luis Poveda, jefe de servicio de Farmacia del Hospital La Fe y presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), afirma que “la personalización farmacoterapéutica va a resultar un avance muy importante en los próximos años, y ya existen biomarcadores y suficientes perfiles genéticos para ver la necesidad de adoptar la medicina individualizada como una estrategia de los hospitales”.
Acerca de la utilidad de los biomarcadores, Poveda aclara que “diferentes organizaciones, como la Agencia Europea del Medicamento o la FDA, han puesto de manifiesto desde hace tiempo la importancia de ir adoptando estas prácticas para poder individualizar los tratamientos farmacológicos”. Para Poveda, “esto ya no es una situación experimental, sino que ya existen suficientes evidencias de su eficacia”. Y, sobre el futuro de esta medicina personalizada, el presidente de la SEFH afirma que “con las próximas incorporaciones de nuevos fármacos con costes muy elevados nos veremos obligados a optimizar los recursos, por lo que es lógico que nuestro objetivo sea el de acertar en la diana terapéutica y, sobre todo, en la respuesta de los pacientes”.