TABAQUISMO/ Los epidemiólogos españoles están a favor de endurecer la norma

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La SEE estima que desde que se implantó la norma se evitan 1.500 muertes

Es una cifra anual que sólo contempla el efecto del IM y el cáncer de pulmón

| 2010-02-12T16:01:00+01:00 h |

C. Ossorio

Barcelona

La Ley 28/2005 de medidas sanitarias frente al tabaquismo no ha influido en el consumo de tabaco en España, una tasa que desde antes de la ley estaba disminuyendo un 2,2 por ciento anual en hombres y casi un 3 por ciento en mujeres. Ahora bien, lo que sí ha logrado es reducir la exposición pasiva al humo del tabaco de un 50 a un 20 por ciento, como recoge el informe de evaluación del impacto de esta ley que ha realizado el Grupo de Trabajo sobre Tabaquismo de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), a partir de investigaciones científicas, encuestas y estadísticas oficiales.

El impacto inmediato de esta legislación sobre la salud se traduce en una reducción de las tasas de hospitalización por infarto de miocardio (IM), según los datos de un estudio realizado en la región metropolitana de Barcelona entre 2004 y 2006. “Si bien la tasa tenía una tendencia a la baja, a partir de la implantación de la ley se acelera el decrecimiento, que globalmente es de un 11 por ciento anual en hombres y de un 9 en mujeres”, declaró Esteve Fernández, de la Unidad de Control del Tabaquismo del Instituto Catalán de Oncología (ICO).

En este informe han realizado una estimación actual de mortalidad atribuible al consumo activo y al tabaquismo pasivo, en comparación con datos publicados de 2001. “Tras la ley, mueren aproximadamente 1.500 personas menos al año en España”, afirmaron los expertos, haciendo hincapié en que se trata de una estimación conservadora, pues sólo contempla los fallecimientos por infarto y por cáncer de pulmón.

Con la ley actual, únicamente el 15 por ciento como máximo de los locales prohibió fumar en su interior, por lo que el colectivo hostelero sufre niveles de exposición al humo “inaceptables” que podrían paliarse con la debatida extensión de las normativas reguladoras a estos locales, prevista para este año por el Gobierno (sin suponer un efecto económico negativo, según la experiencia de otros países). Los expertos incidieron en el millón de trabajadores de la restauración expuestos a este cancerígeno, un colectivo que se podría ahorrar alrededor de mil muertes anuales de fumadores pasivos. El informe manifiesta que entre 2005 y 2006, en los locales que se declararon libres de humo, la nicotina ambiental se redujo un 96,7por ciento y el nivel de cotinina en la saliva de los empleados lo hizo en un 63,7por ciento. Mientras, los locales que permiten fumar registraron un aumento de dicha sustancia en sus empleados del 20,6 por ciento.