L. Barrera Enviada especial a Orlando | viernes, 11 de diciembre de 2015 h |

Buenas noticias para el tratamiento de la leucemia linfocítica crónica (LLC); en el último año la EMA ha aprobado cuatro nuevos fármacos. Hasta ahora el régimen de tratamiento disponible en estos pacientes era el de quimioterapia más inmunoglobulina, que mantiene una respuesta de unos cinco años. Sin embargo, para Francesc Bosch, jefe del Servicio de Hematología del Hospital Vall d´Hebron, hay dos inconvenientes: su tolerabilidad y el hecho de que haya pacientes que tienen alteraciones genéticas (delección 17p o mutación TP53) que no responden a la quimioinmunoterapia. “En el diagnóstico el 10 por ciento de los pacientes tiene esta mutación, pero en recaída el porcentaje aumenta hasta el 40 por ciento porque la quimioterapia selecciona de forma clonal pura. No teníamos ningún tratamiento para ellos”, explicó el hematólogo del Vall d´Hebron.

Este año se ha aprobado en España —aunque aún está a la espera de precio, lo que hace que el SNS vaya con un retraso de más de un año con respecto a otros países europeos—, el primer inhibidor de la tirosina cinasa de Bruton de su grupo. El fármaco fue designado como Breakthrough Therapy por la FDA.

De él se presentaron datos en ASH 2015. En el estudio Resonate-2 ibrutinib, comercializado por Janssen como Imbruvica, ha corroborado la superioridad de éste frente a clorambucilo en pacientes de 65 o más años de edad con LLC no tratados previamente. Este es el primer ensayo en fase III aleatorizado de un antagonista del receptor de los linfocitos B en la LLC no tratada previamente, sus datos han sido también publicados en The New England Journal of Medicine.

En Resonate-2, ibrutinib obtuvo una tasa de supervivencia global (SG) del 97,8 por ciento a los 24 meses, en comparación con un 85,3 con clorambucilo. “La mejoría de la supervivencia global sin progresión en el tratamiento en primera línea es estadísticamente significativa y la de SG, incluso con un cruce a ibrutinib programado previamente, es inesperada. Esto indica que los mejores resultados se obtienen cuando el fármaco se utiliza como tratamiento inicial en pacientes con LLC”, comentó Peter Hillmen, del Departamento de Hematología del St. James´s University Hospital. En ello coincide Bosch: “Son los resultados más espectaculares que hemos visto en LLC. Estamos ante un tratamiento oral con un perfil de toxicidad muy tolerable. Aunque falta aún seguimiento vemos una tasa de supervivencia muy alta y sólo hay una progresión en un cinco por ciento de los pacientes”, matizó Bosch.

Por otro lado, la razón de riesgos instantáneos fue de 0,16 por ciento, lo que representa una reducción del riesgo de progresión o de muerte del 84 por ciento en comparación con la terapia estándar. Respecto a la seguridad, coincidió con los estudios presentados anteriormente y en general, los acontecimientos adversos que obligaron a suspender el tratamiento fueron menos frecuentes con ibrutinib que con clorambucilo.

“Es un nuevo concepto. Ya no se trata de lograr la remisión de la enfermedad sino de controlarla”, subrayó Bosch al tiempo que recordó que el grupo español ha comenzado un ensayo con este tratamiento en personas jóvenes para ver si los resultados son similares, tal y como se espera.

Este antagonista del receptor de los linfocitos B está aprobado en Europa también para el tratamiento del linfoma de células de manto recidivante o resistente, o pacientes adultos con LLC que hayan recibido al menos un tratamiento o para el tratamiento de primera línea en presencia de la delección 17p o la mutación TP53 en no candidatos a quimioinmunoterapia.

Más opciones

“Tenemos mucha suerte porque en los últimos años han aparecido varios fármacos estrella como obinutuzumab, ibrutinib o venetoclax”, comentó Julio Delgado, del Servicio de Hematología del Hospital Clìnic. Durante el congreso de ASH también se presentaron nuevos datos del estudio CLL11 que han puesto de relieve que obinutuzumab (Gazyva, de Roche) en combinación con clorambucilo reduce en más de la mitad el riesgo de empeoramiento y muerte en comparación con rituximab y clorambucilo, con una SLP de 28,7 meses frente a 15, 7 meses en pacientes mayores con LLC no tratados antes. Así, tras seis meses de tratamiento, se logró vivir sin necesidad de nueva medicación durante 51,1 meses.

En esta línea se conoció también el estudio Green, que viene a confirmar los datos de seguridad junto con los primeros resultados de eficacia. En concreto en la combinación de este anticuerpo con bendamustina. Casi el 80 por ciento de los pacientes respondió al tratamiento con esta pauta, un tercio consiguió una respuesta completa y un 28 negativizó el cáncer en médula ósea, recordó Delgado. Por otro lado, el CLL14 —aún sin resultados— añade a obinutuzumab venetoclax (Roche) una combinación que, a juicio de Delgado, podría potenciar el efecto de ambos.

España va con un retraso
de año y medio con respecto
a Europa en la utilización
de ibrutinib

“Quizás podamos hablar,
en un futuro, de curación
con la combinación de ibrutinib y obinutuzumab”