Opinión

br

| viernes, 10 de julio de 2015 h |

Uniteco Profesional ha volcado su modelo de gestión hacia la calidad con la vocación de convertirse en una empresa que consigue la satisfacción total de sus asegurados en la gestión de sus riesgos.

En los últimos años, y debido a la maduración del mercado de los seguros ofrecidos al colectivo sanitario las empresas del sector relacionadas con estos profesionales, se encontraron ante el reto de superar su oferta en calidad.

En Uniteco Profesional, estas mejoras se enfocaron fundamentalmente en la mejora continua de los productos que ofrecen, sobre todo aumentando coberturas en sus seguros profesionales y mejorando las ofertas de las compañías de seguros personales.

De esta manera, se propone a los asegurados, según sus necesidades, mejoras en sus pólizas por la vía de las coberturas o del aumento de los capitales asegurados. Además, no solo cambian estas variables de mercado, sino también las propias necesidades de cada cliente, desde el patrimonio que se quiere cubrir hasta los actos médicos dependientes de cada especialidad médica.

Por otra parte, se trabaja con los médicos en mejorar su actividad asistencial a través de la parte más relacionada con la legislación, un aspecto farragoso y antipático de la profesión pero con la que se lidia diariamente. El aumento de las reclamaciones en los últimos años ha traído consigo la indeseable tentación de aplicar la medicina defensiva, sobre todo en los aspectos de la profesión más relacionados con el diagnóstico.

Esta desconfianza lanza a los facultativos a realizar a sus pacientes infinidad de pruebas accesorias e innecesarias. Esto acarrea un despilfarro de recursos que no aporta ningún beneficio, ni para el paciente, ni para el doctor, ni para la sociedad en general, más si cabe si hablamos de la Sanidad Pública. Es en ese momento cuando el doctor se encuentra ante la importante disyuntiva de decidir si sigue por el camino equivocado, malgastando medios, o por el contrario, demuestra su valía tomando el camino correcto, el de ser un buen médico. La práctica de este tipo de medicina, que no debe confundirse con lo que es un trabajo perfeccionista y minucioso, crea profesionales irresponsables.

Hay que prestar especial atención al despilfarro del recurso más preciado en medicina, que es el tiempo. Paradójicamente la realización de multitud de pruebas puede acabar provocando retrasos diagnósticos cuando lo que se pretendía era asegurar casi al cien por cien el acierto a la hora de recopilar la anamnesis. Y si hay retraso diagnóstico, puede haber demandas por pérdidas de oportunidad, algo que ha aumentado sustancialmente en los juzgados cuando se trata de solventar las diferencias con los pacientes.

La comunicación médico-paciente es otro de los aspectos que se han tratado de reforzar y mejorar ya que ese trato directo se ha visto perjudicado en los últimos años ante el aumento de la presión asistencial. A pesar de que hay menos tiempo por paciente, como muchos médicos denuncian, hay que adaptarse a esta contingencia tratando de ser lo más claro y conciso posible, sabiendo ‘traducir’ el saber médico a un lenguaje sencillo, entendible para la mayoría de las personas.

En definitiva, este intento de mejorar las condiciones de los médicos en su trabajo y su protección preventiva a través de seguros de calidad, hace posible que se afine en la práctica de la medicina, teniendo pacientes más satisfechos y médicos que solo piensan en lo que deben centrarse: realizar una medicina de calidad orientada a la mejora de la salud de la población.

“Se propone a los asegurados,
según sus necesidades, mejoras
en sus pólizas por la vía de
las coberturas o del aumento
de los capitales asegurados”

“El intento de mejorar
las condiciones de los médicos
en su trabajo a través de seguros
de calidad hace posible que se afine la práctica de la medicina”