c. o. Barcelona | viernes, 21 de febrero de 2014 h |

PCSK9 es una proteína producida por las células hepáticas que controla la vida media del receptor LDL y, como consecuencia, modula la cantidad de colesterol que hay en sangre. Es también uno de los principales protagonistas en el horizonte del tratamiento de la dislipemia, y por tanto uno de los temas ampliamente tratado durante el 27º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA), celebrado en Barcelona.

Como relata Fernando Civeira, presidente de esta Sociedad y responsable de la Unidad de Lípidos del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, existen dos tipos de mutaciones en este gen. Unas con ganacia de función del gen, y otras que la reducen. “Las que aumentan su papel, destruyen mucho el receptor LDL y son causa de hipercolesterolemia familiar, pues si tienes hiperfuncionando el gen, lo que hace es aumentar el colesterol”.

En el otro lado, están las mutaciones que no producen proteína o bien una proteína defectuosa, que se acompañan de disminución muy importante de la concentración de colesterol. Por este motivo los inhibidores de PCSK9, todos ellos aún en ensayos clínicos de fase III, representan un tratamiento esperanzador con “reducciones espectaculares del colesterol LDL en torno a un 60 por ciento”, apunta Civeira.

Es un avance cada vez más cercano y que supondrá un importante hito como ya lo fueron las estatinas en su momento, aunque no se espera su comercialización hasta el año 2016.

En cualquier caso, será una terapia complementaria para aquellos pacientes cuyo control sea insuficiente con el abanico terapéutico actual, liderado por las estatinas en primera línea y los inhibidores de la absorción intestinal de colesterol (ezetiniba o resinas de intercambio iónico) en segunda.

Claros y sombras de las guías

El debate sobre las nuevas guías americanas sobre dislipemia ha estado presente en el congreso, puesto que, como destaca el presidente de la SEA, “han señalado muy bien el beneficio de la terapia y a qué enfermos tratar”, si bien presentan alguna limitación destacada por la SEA, como es el hecho de poner “en un segundo plano” la consecución de objetivos terapéuticos en base a colesterol LDL.

Civeira realza el papel de las estatinas como fármacos “muy eficaces y seguros en la mayor parte de los casos”, y una de las herramientas que mejor funcionan para reducir el colesterol y el riesgo de enfermedad cardiovascular. No critica, por tanto, el hecho de que hasta un tercio de la población estadounidense tomaría estatinas en base al nuevo consenso.

En cuanto a las diferencias entre las europeas y las americanas, Civeira señala que la diferencia fundamental es que las segundas no realizan el tratamiento hipolipemiante en base a la cifra de colesterol, sino en virtud del riesgo cardiovascular.

En este sentido, “las recomendaciones europeas son más aplicables a nuestro medio”, puesto que se determinan las tablas de riesgo a partir de datos de estudios realizados en Europa, igual que en EE.UU. acuden a datos de sus poblaciones.

Además, añade que las guías americanas hacen hincapié en reducciones en términos relativos de la cifra de colesterol —entre el 30 y el 50 por ciento en el LDL—, sin fijar una cifra final, mientras que las europeas establecen un objetivo de control y permiten un tratamiento más individualizado, dependiendo de la cantidad de LDL-C que el paciente obtenga con la medicación.

Consenso en fitosteroles

La guía “Recomendaciones para la Utilización Clínica de los Alimentos Enriquecidos con Fitosteroles/Estanoles en el manejo de la Hipercolesterolemia”, realizada por expertos de la SEA, ha sido otra de las novedades que respalda la eficiencia de los esteroles vegetales en la reducción moderada del LDL-C —entre un 8 y un 10 por ciento—, muy útiles en personas jóvenes que no requieren tratamiento farmacológico, o en combinación con las estatinas, según afirma Civeira. Una eficacia reconocida por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

“Los fitosteroles compiten con el colesterol para ser absorbido por el intestino en sangre, por lo que, si tienes mucho fitosterol, se absorbe menos colesterol, y el éste baja en sangre”, indica el presidente de la SEA.

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