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| viernes, 05 de febrero de 2010 h |

M. RASPAL

Madrid

El alto número de bajas que se viene registrando en los cuadros médicos de las compañías aseguradoras —especialmente en la región andaluza— ha vuelto a activar la señal de alarma entre los médicos de asistencia privada. Si hace un año un estudio realizado entre facultativos cordobeses ponía el acento en unos honorarios “deficientes” y en una relación profesional “deteriorada” (ver GM, nº 280), en esta ocasión el afán por controlar el gasto por parte de las aseguradoras y la incertidumbre respecto al futuro del sistema Muface (la Mutualidad de Funcionarios Civiles del Estado) está poniendo “en peligro” unos 120.000 puestos de trabajo en nuestro país.

Así lo ha explicado a GACETA MÉDICA José Ignacio Catalán, vocal de Ejercicio Libre por cuenta propia de la Organización Médica Colegial (OMC), tras constituir en Córdoba la primera mesa de trabajo y presentar el Observatorio de la Medicina Privada, que analizará esta “preocupante” situación. En su opinión, la salud de la sanidad privada es buena en general ya que, a pesar de la crisis, la tendencia ha sido de crecimiento, aunque éste sea inferior a otros años.

Sin embargo, considera que no se están utilizando todos los elementos con corrección, pues las aseguradoras relacionan el control del gasto con un ajuste de la cantidad de médicos que tienen en sus cuadros al número de asegurados, sin tener en cuenta la calidad. “El libre albedrío de estas entidades establece una desigualdad de poderes a la hora de ejercer la medicina”, añade.

Por ello, la OMC quiere establecer líneas de trabajo y presentarles los datos económicos que se derivan de la gestión de la actividad profesional para, en una mesa conjunta, tratar de reducir el gasto manteniendo la calidad.

Además, Catalán incide en la amenaza de que el sistema Muface —que da asistencia a casi tres millones de funcionarios y sus familiares— pueda ir disminuyendo, e incluso llegar a desaparecer, como factor “clave” a la hora de aumentar la desconfianza de las aseguradoras con sistemas de asistencia sanitaria en el Sistema Nacional de Salud (SNS), ya que pueden perder un número importante de pacientes que, aunque no les están reportando muchos beneficios —la aportación de Muface es de un 40 por ciento de lo que gasta un paciente—, sí les permiten tener en funcionamiento un sistema privado de médicos, centros y hospitales. “Hasta 17 provincias pueden quedarse sin centros de asistencia privada si este sistema desaparece”, matiza.

Desde la OMC han intentado hablar con la directora general de Muface en repetidas ocasiones para conocer cuál es el futuro de un sistema que apenas registra nuevas altas en sus cuadros, pues, tras las transferencias, la mayoría de las autonomías no dan opción a que sus funcionarios accedan a él. El vocal asegura que desde el Consejo apoyan la continuidad de Muface, así como la libre elección de médico y centro de este sistema, pero creen que debe nutrirse de personas nuevas y despejar las incertidumbres de sus problemas internos que, en estos momentos, están impidiendo que la medicina privada evolucione como un complemento de la pública en nuestro país.

Para conocer el estado real de la situación y contar con datos objetivos, el Consejo Médico realizará también una encuesta entre los médicos de la privada de todas las CC.AA. para seguir trabajando.