Hidratación

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c. o. Barcelona | viernes, 26 de julio de 2013 h |

Las personas mayores experimentan cambios en los reguladores fisiológicos de fluidos que aumentan su riesgo de deshidratación, ya que aunque si tienen un buen estado de salud son capaces de restablecer todas las pérdidas de líquido con el tiempo, ésta reposición es más lenta que en los adultos más jóvenes. Así lo explicaba W. Larry Kenney, profesor en fisiología y kinesiología de la Universidad de Pensilvania, durante el 4º Encuentro del Instituto Europeo de Hidratación, celebrado recientemente en Barcelona.

“La deshidratación en las personas mayores se acompaña o es resultado de condiciones clínicas o de uso de medicación, o refleja la respuesta a la deprivación de líquidos”, señalaba este experto, puntualizando que la sensación de sed se mitiga en los mayores durante y después de un ejercio o en exposición a un ambiente cálido.

Partiendo de que la razón primaria de la sensación de sed es una alta osmolaridad sérica (sodio y otros electrolitos en la sangre incrementados, medidos por receptores en el cerebro) y una baja presión de la sangre (medida por receptores en los vasos sanguíneos), la reducción de la sensación de sed en los ancianos se debe a una menor habilidad para sentir un volumen bajo de sangre. Es decir, a medida que el sistema cardiovascular envejece, la baja presión y volumen de la sangre que resulta de la pérdida de líquido en el cuerpo no es adecuadamente advertida por esos receptores de los grandes vasos sanguíneos y del corazón.

Aunque es bien conocido que la función renal disminuye con la edad, y de ahí la importancia de mantener una ingesta de líquidos adecuada, no hay evidencia directa de que la hipertensión tenga relación con la falta de sed y la hidratación en los ancianos, si bien Kenney destaca que los mismos cambios que se producen en los vasos sanguíneos con hipertensión pueden modificar la capacidad de detectar una presión o un volumen arterial bajo, tan ligado a la deshidratación. Ahora bien, puntualiza que la sed es resultado de una presión baja.

Para preservar una correcta hidratación en el paciente mayor, Kenney incidió en que los médicos deben vigilar los medicamentos que toman, ya que muchos están relacionados con la mala hidratación, o incluso pueden causar deshidratación. “Por ejemplo, los diuréticos dan a los pacientes hipertensos resultado en el agua corporal total baja debido al aumento de la producción de orina. Otros medicamentos cardiovasculares pueden igualmente bien causar deshidratación o cambiar el sentido de la sed que resulta de la deshidratación”, añade.