Investigación del CIBERobn

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| viernes, 17 de junio de 2011 h |

Redacción

Madrid

La hormona FGF21, conocida como “quemagrasa” al activar la grasa parda del organismo produciendo calor y quemando tejido adiposo, puede ser clave para suavizar la lipodistrofia que causa la terapia antirretroviral (TAR) en algunos pacientes con VIH.

Así lo aseguran investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CiberOBN) que, tras analizar los niveles séricos del FGF21 de cada grupo correlacionándolos con otros parámetros indicativos que mostraban alteraciones en la distribución de grasa, el riesgo metabólico y cardiovascular, observaron un incremento anormal de los niveles séricos del FGF21 en todos los pacientes infectados por VIH siendo este aumento más acusado en los sujetos con lipodistrofia.

“De ello se desprende que los niveles de FGF21 muestran una correlación positiva con los indicadores de la lipodistrofia, la resistencia a la insulina, la lesión hepática y la dislipidemia, al igual que en pacientes obesos”, asegura Francesc Villarroya, director de la investigación.

Por ello, para comprobar el comportamiento de esta hormona el equipo de Villarroya, en colaboración con el doctor Pere Domingo, miembro de la Red de Investigación en Sida del Instituto de Salud Carlos III, seleccionaron una muestra formada por 179 pacientes que clasificaron en cuatro grupos: 59 pacientes infectados de VIH con lipodistrofia, tratados con fármacos antirretrovirales, 45 personas con VIH, tratadas también con antirretrovirales, pero sin lipodistrofia, 41 sujetos con VIH sin medicar y un cuarto grupo de control conformado por 34 individuos sanos.