ÉTICA/ Los expertos defienden la planificación de la atención en el final de la vida
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Complementa la historia clínica y el documento de voluntades anticipadas
Reclaman tiempo y espacio para profundizar en el conocimiento del paciente
El anteproyecto de Ley reguladora de los derechos de la persona ante el proceso final de la vida ya cuenta con el voto en contra del Partido Popular en su fase de tramitación en el Congreso de los Diputados. La secretaria de Participación Social del PP, Ana Pastor, aseguró la semana pasada que su grupo ha solicitado de cara a su aprobación un informe del Consejo de Estado y una memoria económica que evalúe el verdadero coste que supondría la implantación de la norma.
La ex ministra de Sanidad considera “poco presentable” que el proyecto asegure que esta ley no tendrá ningún coste económico, cuando contempla como objetivo, entre otros puntos, establecer unidades de cuidados paliativos en toda España. Además, Ana Pastor justifica la necesidad del informe del Consejo de Estado en la medida que la normativa deroga un artículo de la ley de autonomía del paciente.
Por su parte, el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, subrayó la semana pasada que el debate sobre la ley atraviesa un momento importante y que las cortes generales son el espacio idóneo para que ciudadanos y profesionales, a través de los partidos elegidos democráticamente, puedan realizar sus aportaciones sobre temas, como éste, de interés general.
Esther Martín del Campo
Madrid
Con la nueva ley de cuidados paliativos en pleno debate parlamentario como telón de fondo, la Organización Médica Colegial y la Fundación de Ciencias de la Salud acaban de presentar una ‘Guía de ética de la planificación de la asistencia médica’ en la que los expertos dan respuesta a los conflictos que suelen presentarse en centros de salud y hospitales a la hora de atender a enfermos y familiares en el final la vida.
Una de las propuestas más interesantes y novedosas que recoge la guía es la elaboración, en paralelo a la historia clínica y al documento de voluntades anticipadas, de una historia de valores que refleje los datos biográficos, psicológicos y sociales, así como la visión del paciente sobre la enfermedad y los valores esenciales del ser humano.
Beatriz Ogando, miembro del Grupo de Bioética de la Sociedad Madrileña de Medicina Familiar y Comunitaria y una de las autoras del libro, asegura que la historia de valores es mucho más que un papel o un documento. Requiere un enfoque multidisciplinar y es un instrumento para los profesionales que permite anticiparse a la evolución del paciente y facilitar la toma de decisiones en un momento en el que la “fragilidad y la inestabilidad de la situación” exigen mantener el equilibrio y acoger los planteamientos del enfermo, sin caer en la tentación de que el profesional intente imponer los suyos.
Según ha explicado durante la presentación de la guía, en la que también estuvieron presentes el presidente de la OMC, Juan José Rodríguez Sendín, y el presidente de la Fundación de Ciencias de la Salud, Diego Gracia, varios especialistas trabajan en nuestro país en la adaptación de modelos y formularios, importados del mundo anglosajón, que puedan servir de guión para los facultativos y el personal de enfermería, que está especialmente implicado en su avance en otros países. Por ahora, asegura Ogando, es algo que está “sin crear” de manera que hace falta el apoyo de la administración para propiciar un espacio físico y tiempo asistencial para facilitar la conversación sobre estos temas cruciales que deben conducir la atención sanitaria en la antesala de la muerte.
Precisamente, la falta de tiempo y de espacio, las rutinas asistenciales o el temor a una excesiva implicación emocional para los facultativos son algunos de los reparos que expresan los profesionales, asegura Ogando. Reticencias que, desde el punto de vista ético, se han de despejar puesto que ahora más que nunca, añade, es preciso pasar de una medicina basada en la evidencia a un modelo fundamentado en los valores que respete la autonomía del paciente, valores que también deben dirigir la práctica clínica que rodea a otros momentos de la vida, como la atención al parto.