oncología/ Ciclo de conferencias sobre avances y estrategias en cáncer, organizadas en el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)

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Desarrollan en México una terapia que erradica por completo el virus del papiloma humano y las lesiones precancerosas surgidas en el cérvix

Los estudios fase III de este tratamiento, de seis dosis e inyectable, se repetirán en Europa, con un posible reclutamiento de 2.000 españolas

| 2009-12-18T17:01:00+01:00 h |

irene fernández

Madrid

Eliminar el virus del papiloma humano (VPH) por completo, sobre todo, los tipos 16 y 18 —responsables del 70 por ciento de los cánceres de cuello uterinos y de otros cánceres como ano, pene o laringe—, ha dejado de ser una quimera. Su desaparición es hoy, ya, una realidad. En concreto, en México. Existe un terapia biogenética innovadora, desarrollada por la compañía mexicana Virolab (Instituto de Investigaciones Biomédicas UNAM) que, aplicándola en pacientes con lesiones precancerosas cérvico uterinas, asociadas al VPH, logra no sólo eliminar la lesión, sino erradicar por completo el virus. Así lo anunció José Luis Pech, director de Virolab Europa, durante el ciclo de conferencias sobre avances, estrategias e innovación frente al cáncer, organizado la semana pasada en el Aula Magna del CSIC.

Actualmente, tras el diagnóstico de una lesión precancerosa de cérvix (NIC 1, 2 y 3) asociada al VPH, el protocolo es su extirpación o la aplicación de quimio o radioterapia. Pero “ningún método, excepto éste, conseguía eliminar de raíz el virus”, argumenta Pech a GACETA MÉDICA. Por lo que, aun extirpando la lesión, el cáncer podía desarrollarse meses o años después porque el virus persistía.

Pero este tratamiento, llamado Mel-2, “crea anticuerpos en la paciente y, aunque se exponga a una situación de riesgo después, no contrae el virus”, afirma. Aun así, el doctor aconseja que la pareja sentimental también se trate, “para que el virus desaparezca de la familia”.

Mel-2 se basa en biología genética. “Lo que hacemos es una variación genética del virus, que cuando entra al torrente sanguíneo inhibe el crecimiento de la proteína E2, causante de la proliferación celular y del cáncer”, manifiesta. La variación genética va encapsulada en un transportador de la viruela. “Motivamos que la proteína E2 se active otra vez y, en ese momento, anulamos la eficiencia del virus”, continúa. Además, al usar el transportador de la viruela, los efectos adversos son mínimos y similares a los de la gripe (fiebre o dolor de cabeza). Y es efectiva en todos los tipos de VPH, además de haber demostrado eficiencia en casos experimentales de cáncer de ano y laringe.

Resultados sorprendentes

Desde hace dos años, este tratamiento inyectable de seis dosis (una por semana) acabó su fase III y puede comercializarse en México, pero sólo a un máximo de 20.000 pacientes. Y es que, los resultados de este ensayo fase III (publicados en revistas como Journal of Medical Virology o Biodrugs), que duró dos años y abarcó a un total de 400 mujeres mexicanas con lesiones precancerosas cérvico uterinas por VPH, fueron sorprendentes. “Todas se curaron”, asegura Pech. Aunque, en las que presentaban lesiones muy severas, Mel-2 tardó más que la media en hacer desaparecer la lesión y el virus (tres meses en vez de tres semanas). “Eso sí, sin aumentar las dosis de tratamiento”, reitera. “Y desde que empezamos las fases hace cinco años —dice—, ninguna se ha vuelto a infectar por VPH”.

Salto a Europa

Esta terapia, fruto de 15 años de una investigación liderada por Ricardo Rosales, presidente de Virolab, prosigue su andadura. Hace cuatro meses, comenzó su fase IV —abarca a más de 4.000 mujeres y participan varias clínicas mexicanas— para obtener, el próximo marzo, el permiso de Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios) de comercialización masiva (Lationamérica y Oriente Medio). Y pronto dará el salto a Europa. Usarán la plataforma europea para internacionalizar el producto y han contactado con la EMEA para repetir un fase III multicéntrico pero en Europa. “Creo que reclutaremos a unas 2.000 mujeres españolas, además de otras europeas”, cerciora. El próximo paso será aplicar la terapia cuando el tumor ya esté desarrollado. Lo que puede abrir unas expectativas esperanzadoras.

Virolab ha desarrollado, además, un producto de diagnóstico del VPH que puede realizarse en atención primaria. Con la extracción de 5 ml de sangre, en un simple análisis, pueden detectar si el paciente tiene o no VPH, qué tipo y si es o no oncogénico, según Pech. “Existe ya una prueba genética similar, la PCR, pero que es más costosa porque requiere de una muestra. Nuestra técnica es la única que se hace actualmente en sangre, en suero. Además, cuesta la mitad que una citología”, asegura. Esta compañía pretende fomentar, así, el cribado. “Si da positivo, el paciente quedaría en observación y si en ese tiempo vemos una lesión, aplicamos la terapia Mel-2”, dice. Además, creen que se debe cribar también a los hombres, como portadores del virus que son, y a las niñas menores de 14, antes de administrarles las vacunas existentes. “Queremos fabricarla en Europa hacia el target de Latinoamérica y países del este, donde más casos existen”, concluye.