La farmacia hospitalaria tiene “una importancia vital” para los enfermos de hepatitis C. ¿Por qué? Entre otras cosas, asegura el presidente de la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (Fneth) y presidente electo de la Alianza General de Pacientes (AGP), Antonio Bernal, porque el farmacéutico hospitalario “va adquiriendo cada vez más funciones, se preocupa de controlar la adherencia al tratamiento de los pacientes, de controlar sus reacciones, de informarlos, etc.”.
Estas tareas están incluidas dentro de su profesión, cierto, pero además llevándolas a cabo, se “alivia” la labor de los hepatólogos e infectólogos en determinados hospitales, explica.
Tanto desde la presidencia de Fneth, como de la AGP, Bernal subraya que las relaciones con la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria son “muy buenas” y que una de las cosas mejores que están ocurriendo es el acercamiento —cada vez mayor— que se está produciendo entre profesionales sanitarios y pacientes.
“Nos invitan a los congresos, en los que exponemos, como pacientes, cuáles son los problemas que vemos, qué nos gustaría que nos ofreciesen, etc.”, alega.
Formación
Sin embargo, no todo son facilidades y mejoras. Mientras que, como añade Bernal, la farmacia hospitalaria se va haciendo cada vez más necesaria para cumplir con el Plan Estratégico del abordaje de la hepatitis C, advierte de que no hay que olvidarse de la tentativa del Gobierno para “congelar” la formación de estos especialistas. “Eso nos preocupó porque si por un lado pedimos más implicación y lo que obtenemos es menos formación, eso se traduce en una barbaridad”. Con el Plan Estratégico se pide, entre otras cosas, “que se refuerce el personal de la farmacia hospitalaria como ha hecho la Comunidad de Madrid”. Bernal concluye destacando que “eso tendrían que hacerlo todas las CC.AA.”.