Un estudio del Centro de Regulación Genómica (CRG) que se publica hoy en la revista Molecular Cell ha identificado los genes que se activan por efecto de la progesterona en cáncer de mama, así como el rol de la cromatina en la activación de esos genes. El pasado 9 de septiembre también publicaron en Genes & Development que la enzima PARP1 activada por la quinasa CDK2 es necesaria para la inducción de los genes responsables de la proliferación de células de cáncer de mama en respuesta a progesterona. Por tanto, ambos estudios ahondan en la comprensión de los efectos hormonales y el rol de la cromatina en la proliferación de células tumorales.
El estudio de la regulación de los genes es clave para entender cómo funciona nuestro genoma y cuándo esta función está alterada. “Es importante descubrir el mecanismo por el cual se activan los genes en su entorno de cromatina” explica Miguel Beato, director del Laboratorio de Cromatina y Expresión Génica del CRG.
La cromatina empaqueta el ADN a varios niveles, el primero de los cuales es el nucleosoma, que ayuda a mantener estable la cadena de ADN. “Lo que se pensaba era que la estructura de la cromatina no era relevante para explicar como se activan y desactivan los genes, pero descubrimos que es crucial”, añade Beato.
En el estudio recién publicado, primero se identificaron todos los genes que la progesterona activa o reprime en células de cáncer de mama. Se identificó también la secuencia de ADN reconocida por el receptor de la progesterona en el genoma. Los investigadores observaron que esta secuencia se encontraba asociada a múltiples genes, sin embargo sólo unos pocos eran activados. Es decir, solo unas pocas de estas secuencias eran funcionales, lo que llevó a pensar que la interacción del receptor de progesterona con el ADN no era suficiente. Descubrieron que era necesario que esas secuencias estuviesen incorporadas en nucleosomas, que también ofrecen sitios de interacción. “Al parecer, la estructura de la cromatina es fundamental a la hora de determinar qué genes se activan y cuales no”, dice Cecilia Ballaré, primera autora del estudio.
Los investigadores creen que la única manera de crear tratamientos más específicos y eficaces contra el cáncer es estudiando el papel de todos los actores que regulan la expresión de los genes y la proliferación celular. “Conociendo la manera exacta cómo la hormonas actúan en la proliferación de las células cancerosas, podrán desarrollarse tratamientos más específicos, que solo combatan las células tumorales y así produzcan menos efectos secundarios” añade Ballaré.