| martes, 05 de marzo de 2013 h |

Ocho meses después de que lo hiciera Estados Unidos, la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) ha autorizado pertuzumab, comercializado por Roche como Perjeta, como tratamiento para el cáncer de mama HER2 positivo. La decisión de la EMA se ha basado en los datos de supervivencia global (SG) y supervivencia libre de progresión (SLP) del estudio Cleopatra, presentados hace apenas tres meses en la 35º Reunión Anual sobre Cáncer de Mama celebrada en San Antonio, que demostraron que añadir pertuzumab a trastuzumab y quimioterapia reduce el riesgo de muerte un 34 por ciento (hazard ratio [HR] = 0,66; p <0,0008) frente al tratamiento estándar. En cuanto a la SG, fue de 37,6 meses en el grupo al que se administró la combinación de trastuzumab y quimioterapia. En el momento del análisis, no fue posible determinar esta cifra de SG en las mujeres que añadieron también pertuzumab a su tratamiento porque el 66 por ciento de ellas no había fallecido. Posteriormente, dados los beneficios aportados por este compuesto, se ofreció a todas las pacientes del estudio la opción de recibirlo.

Con esta aprobación, las pacientes con cáncer de mama localmente recidivante irresecable o metastásico HER2 positivo, que no han recibido tratamiento previo anti-HER2 o quimioterapia, podrán combinar su tratamiento estándar (trastuzumab y docetaxel, un quimioterápico) con pertuzumab, logrando un bloqueo más completo de las vías de señalización HER2 y, por tanto, uan mayor supervivencia. Tras la autorización dela EMA, su incorporación a la cartera del Sistema Nacional de Salud está pendiente de la correspondiente decisión sobre su reembolso y precio.

Las reacciones a esta importante aprobación no se han hecho esperar. Para Miguel Martín, presidente del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam) y jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, esto supone poder contar con “una nueva piedra, esencial para seguir construyendo el muro de la cronificación” en las pacientes metastásicas. Javier Cortés, investigador del estudio Cleopatra y especialista del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, compara incluso el impacto en supervivencia de pertuzumab con el que en su día tuvo trastuzumab. Por su parte, Ana Lluch, jefa del Servicio de Oncología y Hematología del Hospital Clínico de Valencia, destaca el aumento de tiempo en el que estas pacientes estarán “sin la enfermedad activa, es decir sin síntomas y, por tanto, con mejor calidad de vida”. Eva Ciruelos, del Hospital 12 de Octubre de Madrid, subraya también que si ya “el beneficio de supervivencia libre de progresión debe ser suficiente a la hora de ofrecer la nueva combinación a las pacientes, ya que esto es un objetivo clínico importante, esto tiene un valor indiscutible si éste se traduce además en supervivencia global”. Por último, Ander Urrutikoetxea, director científico del Centro Onkologikoa de San Sebastián, afirma que “es muy esperanzador incorporar al arsenal terapéutico una opción con la que poder prolongar la vida de mujeres que tienen la enfermedad metastásica y hacerlo sin una toxicidad importante”.