José A. Rodríguez Barcelona | viernes, 19 de febrero de 2016 h |

La mejora en los últimos años de las técnicas de imagen está permitiendo diagnosticar con mucha más fiabilidad los tumores de riñón. Ésta ha sido una de las principales conclusiones del Foro Europeo de Urología, organizado por la Escuela Europea de Urología y celebrado en Davos (Suiza). Como explicó Alberto Breda, jefe del Equipo Quirúrgico de Trasplante Renal de la Fundación Puigvert, actualmente el TAC con medio de contraste sigue siendo el golden estándar en el proceso de diagnóstico del cáncer renal (CR), “pero no hay que olvidar que puede provocar hasta un 30 por ciento de falsos positivos”. Desde hace algunos años se está empleando también la ecografía con medio de contraste, es decir, una ecografía normal que se realiza a un paciente al que se le ha administrado un medio de contraste. “Una técnica que ofrece imágenes que nunca se habían visto”, señaló Breda. Este experto comentó que un estudio publicado en 2015 en la revista Radiology indica que esta técnica podría tener una fiabilidad de hasta el 100 por cien para distinguir si un tumor en el riñón es benigno o maligno.

Breda comentó que, cuando se realiza una ecografía con medio de contraste en una lesión maligna, ésta, en su parte periférica, presenta una hipovascularización. “Se trata de una imagen muy característica. Cuando la lesión está hipovascularizada, según los datos del estudio de Radiology, está prácticamente garantizado al 100 por cien que se trata de un tumor maligno, ya que es muy infrecuente que una lesión con este tipo de vascularización sea un tumor de otro tipo”. De todos modos, a pesar de los datos positivos de este estudio, Breda enfatizó que habría que realizar más investigaciones para confirmar este elevado porcentaje de especificidad.

Por otro lado, aparte de la mayor fiabilidad para discernir si un tumor es maligno o no, la ecografía con medio de contraste es una prueba mucho menos peligrosa para el paciente. Breda explicó que “un TAC con medio de contraste equivale a unas 1.500 placas de tórax”, mientras que la ecografía es totalmente inocua.

Breda también señaló la relevancia de las mejoras en las técnicas de punción y en las máquinas de TAC, que permiten realizar biopsias TAC dirigidas. Estos avances, sumados a los nuevos microscopios y las nuevas tinciones, “permiten que los anatomopatólogos sean mucho más precisos en leer las muestras de biopsia”, dijo. En este sentido, Breda señaló que uno de los principales debates en el campo del cáncer renal en las últimas décadas ha sido el de la fiabilidad de la biopsia por vía percutánea para analizar las masas renales antes de tratar al paciente. “Se sabe que las masas inferiores a 4 centímetros de tamaño pueden ser benignas. Hasta hace cinco años, no se hacía biopsia porque arrojaba falsos positivos y falsos negativos. Así que no te podías creer cuando el resultado te decía que no era cáncer”. El pasado mes de diciembre se publicó un estudio en la revista European Urology, dirigido por Antonio Finelli, de la Universidad de Toronto (Canadá), “con 529 biopsias y que demuestra que la biopsia fue diagnóstica en 476, o, lo que es lo mismo, en el 90 por ciento de los casos”, dijo Breda. Un porcentaje que este experto valoró como “muy elevado”. Es decir, en el 90 por ciento de los pacientes, el anatomopatólogo pudo certificar con seguridad si el tumor era benigno o maligno. “Y pudo ponerle apellidos. Por tanto, identificó, en el caso de los tumores malignos, si se trataba de un tumor de células raras o cromófobo o de otro tipo”, comentó Breda. Además, de esos 476 pacientes, en el 26 por ciento de los casos resultó que el tumor era benigno. “Así que estos pacientes se ahorraron una operación que es agresiva y que puede conllevar complicaciones”, señaló Breda.

Marcadores en cáncer de vejiga

Otro de los temas destacados de este encuentro fue el de la necesidad de identificar marcadores de pronóstico y de respuesta al tratamiento en cáncer de vejiga. Joan Palou, jefe de la Unidad de Urología Oncológica de la Fundación Puigvert, comentó que hay diferentes tratamientos para los diversos tipos de tumores, pero hay pacientes que responden bien y otros que no. “Entre el 20 y el 25 por ciento de los pacientes fallecen a causa de esta patología”, dijo. “El problema es que en el cáncer de vejiga no hay un marcador oficial, como puede ser el PSA en los tumores de próstata”, señaló Palou.

De todas formas, este experto comentó que hay algunos posibles marcadores en investigación. “Por ejemplo, sabemos que si un paciente presenta una alteración en el gen ERBB2, probablemente responderá bien a la quimioterapia”, dijo. Otro marcador en estudio es DeltaNp63. Precisamente, Palou ha participado en trabajos que apuntan a que la presencia de esta proteína podría ser un indicador de que los pacientes van a beneficiarse de la terapia con BCG (Bacilo de Calmette-Guérin). “Ahora llevaremos a cabo un estudio multicéntrico con unos 500 pacientes para ver si podemos confirmar los resultados obtenidos hasta ahora”, añadió.

En una ecografía con medio contraste, la lesión maligna está hipovascularizada en su parte periférica

Un paciente con cáncer de vejiga y alteración en ERBB2 probablemente responda
a la quimioterapia