“Durante demasiado tiempo, se ha hecho oídos sordos al problema de acceso a los tratamientos. Es hora de que los que tienen la responsabilidad de proteger a los ciudadanos europeos frente a amenazas sanitarias transfronterizas aborden esta cuestión”. Así valora el presidente de la Asociación Europea de Farmacia Hospitalaria (EAHP), Roberto Frontini, los resultados de un informe ‘Pacientes que sufren escasez de medicamentos en los países europeos’, donde se analiza la situación de las dificultades en este tema.
En este sentido, el líder europeo ahonda en la necesidad de construir mecanismos para detectar las dificultades en el suministro de los medicamentos. De este modo, propone investigar las causas, y desarrollar alternativas para que los profesionales sanitarios las implementen. La solución, a su juicio, pasa por que la Agencia Europea del Medicamento desarrolle una base de datos para detectar dónde están los déficit de determinados medicamentos, y así corregir la situación. “Necesitamos criterios para una distribución justa en caso de escasez, que se ajusten a las las necesidades del paciente y no en los intereses comerciales”, apuntó. Además, Frontini, instó a la Comisión Europea que lleve a cabo una investigación “con carácter de urgencia” para resolver el problema.
El informe ha puesto de manifiesto que el 86 por ciento de los farmacéuticos de hospitales del viejo continente tiene dificultades de abastecimiento en su día a día. La consencuencia es que los tratamientos se ven seriamente afectados, entre ellos las quimioterapias.
Tras examinar las experiencias de más de 600 farmacéuticos de hospital en 36 países, el documento revela como la escasez de medicamentos está afectando a la mayoría de servicios de farmacia de toda Europa. Así, la EAHP asegura que los efectos nocivos más directos que afectan a los pacientes incluyen, entre otros, el retraso o la interrupción en los tratamientos de quimioterapia, y por tanto “el sufrimiento de efectos secundarios indeseados por los pacientes o un elevado riesgo de padecer infecciones del colon por la bacteria Clostridium difficile”, destaca el documento. En el informe se refleja que el 75 por ciento de los farmacéuticos hospitalarios corrobora que esta falta de acceso está teniendo evidentes consecuencias en los tratamientos de los enfermos. “Dos cosas llaman la atención: su dimensión y el conocido impacto que tiene en la seguridad y el bienestar de los pacientes”, precisa Frontini.
Mejor coordinación
Además de esto, François Houÿez, de la ONG Enfermedades Raras de Europa, propone un cálculo sobre cuánto le cuesta a las sociedades tener déficits de medicamentos y coincide con el presidente europeo en elaborar un registro. “Creemos que debería haber una mejor coordinación. Tiene que existir un sistema que evalúe qué cantidad de medicamentos está disponible, y una cadena de distribución para que se garantice el suministro a los pacientes que lo necesiten”, agregó. Al mismo tiempo, y coincidiendo con Frontini ha pedido una mejor coordinación en la materia entre los socios europeos.
En este sentido, los expertos cuestionan que se dediquen mayores inversiones a implementar otros fármacos alternativos a los prescritos y el coste que ello supone en detrimento de las nuevas terapias. Además, indican que este abastecimiento de medicamentos alternativos genera confusión en cuanto a su seguridad.