“La trombosis ha regido los destinos del mundo”, decía Antonio López Borrasca, fundador de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH), haciendo alusión al Tratado de Yalta, que reunió a Stalin, Roosevelt y Churchill en lo que se suele considerar el inicio de la Guerra Fría. Para López Borrasca, el hecho de que tanto Roosevelt como Churchill sufrieran problemas cardiovasculares y no así Stalin, que tenía por ello “la mente más ligera”, decidió el futuro de la humanidad. Una historia que ahora recoge Vicente Vicente, el presidente actual de la sociedad, para enfatizar la importancia de esta disciplina. Catedrático desde los 39 años, Vicente descubrió su gran afición al cine hace solo 15 años. Y todo ello a pesar de que, ya desde pequeño, sus padres lo llevaban cada domingo al cine para “ver las dos películas de la sesión doble y repetir la primera, para poder así ellos descansar el fin de semana”, reconoce.
Pregunta. ¿Su carrera profesional sigue el guión previsto?
Respuesta. Estoy muy contento con mi carrera profesional. Ante lo que pude soñar que quería ser, la vida me ha respondido con bastante generosidad. Yo quería hacer una medicina académica, donde la asistencia estuviese muy unida a la docencia y a la investigación, y he podido hacer un grupo de trabajo asistencial en hematología y un grupo de investigación bastante unido a la asistencia en una especialidad perfecta para mí.
P. ¿Quién es el actor secundario más importante de la historia de su vida?
R. Son muchas caras, es toda la gente que he tenido a mi alrededor trabajando conmigo. Son secundarios porque han estado conmigo, pero para mí son primarios porque son los que van abriendo cabeza. Ellos son el Oscar en el apoyo a la película de mi vida.
P. ¿La trombosis es una especialidad un poco lost in translation?
R. La trombosis es una disciplina que reúne a muchos profesionales con distintas ocupaciones: cardiólogos, neurólogos, internistas, hematólogos… Tiene una cara multiespecialidad. Así que no, es la antítesis, es integration.
P. ¿A quién le daría el Oscar de la profesión sanitaria?
R. Siempre le digo a los pacientes que esto es como El Corte Inglés: el paciente/cliente siempre tiene la razón. Los pacientes en la sala de espera de hematología no van a pasar la mañana.
P. ¿Y un razzie?
R. A la falta de profesionalidad de médicos que ven la medicina como un empleo más en el que se puede ganar más o menos dinero y ya está.
P. ¿Qué escena de su vida elegiría para “El día de la marmota”?
R. El agradecimiento sentido de los pacientes. Por ejemplo, esos pacientes que, en el último tramo de su vida, con una sola mirada parecen agradecerte todo lo que has podido hacer por ellos.
P. ¿Una frase célebre equiparable por ejemplo a “Tócala otra vez, Sam”, pero en el sector sanitario?
R. Hay muchas negativas y alguna positiva. De las negativas me acuerdo, pero no les doy importancia. Lo que necesita el mundo sanitario ahora es enchufarse, ponerse las pilas y tener visión de futuro. Estamos cansados de frases negativas; eso no es visión positiva de la vida, eso es estar derrotados.
P. Woody Allen decía que “una película de éxito es aquella que consigue llevar a cabo una idea original”. Pero, ¿hay ideas originales en sanidad?
P. El trabajo más difícil de hacer es el del día a día y el mayor problema que tiene la sanidad es la rutina por parte del personal sanitario. Pero si uno sabe lo que quiere y está convencido de ello, tiene que ir a por eso.
P. La historia de la sanidad española, ¿tiene un guión bueno o malo?
R. Tiene un guión magnífico: hospitales de alto nivel, un periodo de formación MIR ejemplar para toda Europa y, lo más importante, se ha sostenido el sistema. La sanidad española cuesta mucho dinero, pero hasta ahora se ha mantenido con nuestros impuestos. Otro asunto es cómo mantener que ese guión siga siendo bueno en el futuro.
¿Cuál es tu película favorita? Tener una película favorita es cerrar la puerta a que te guste una más. Tengo la esperanza de que la mejor está por ver.
¿Y tu actor o actriz preferida? Tener un actor favorito puede demostrar que uno es viejo.
¿Quién es Hannibal Lecter en sanidad? Lo que presumimos que existe, pero que no acaba de llegar; tenemos que agudizar el ingenio para mantener la sostenibilidad del sistema.
¿Y Robin Hood? Gente con mentalidad innovadora y rompedora. Hoy en día, lo cierto es que faltan Robin Hoods entre la gente joven.
En el colegio, ¿por el nombre o por el apellido? Me llamaban Vicente Cuadrado (risas).