A. L. S. /C. R. Madrid | viernes, 17 de julio de 2015 h |

El que fuera consejero de Sanidad Vasco y asesor de Obama en la materia, entre otras cosas, será una de las personas clave para determinar la propuesta sanitaria del PSOE de Pedro Sánchez. Rafael Bengoa tiene claro que el punto de partida en caso de que los socialistas ganen las generales es derogar el RD 16/2012. “Hay que contar en Sanidad con un plan a medio plazo y arreglar algunas de las cosas que han desuniversalizado, y que se han apoyado en mitos y no en realidades”.

Pero si éste es el primer paso, el siguiente pasa por la transformación del modelo. Bengoa no habla de pacto por la sanidad, sino de establecer un acuerdo que implique “empezar un viaje de productividad interna”. “Sería un modelo que hace mucho más en primaria, mucho más en casa y mucho menos en hospitales. Dedicar nuevo dinero a construir hospitales, nos condena a tener que racionar, dentro de 7 o 10 años, de una forma mucho más aguda”, señala.

Y en este sentido, pone el acento, dotándolo incluso de un presupuesto finalista claro, en la innovación en gestión y organización. La fórmula sería un organismo desvinculado del ministerio de Sanidad, independiente y bastante autónoma, que esté animando a nivel micro en las comunidades a identificar nuevas formas de gestionar la asistencia sanitaria. “No se puede tener una varita mágica única como modelo para toda España”, apostilló al tiempo que apuesta por una “red tipo NICE con credibilidad e independencia, que no esté politizada”, acotó.

Financiación y ajustes

A la hora de hablar de financiación, el asesor tiene claro que el crecimiento mínimo del PIB dedicado a sanidad debe ser del 2,5 por ciento. “Con esto se garantiza que se pueda mantener el tipo, pero si no se hace la transformación del sistema, no se mejorará la productividad. No vale estar haciendo año tras año lo mismo”, insiste al tiempo que sostiene la necesidad de ir hacia un nuevo modelo asistencia, que aumente la productividad y el ahorro.

A este respecto, sobre los acuerdos de techo de gasto ligados al PIB, Bengoa se muestra escéptico, ante unas decisiones que vienen desde Hacienda y Economía “exclusivamente basadas en un cálculo económico” sin contar con la salud de la población. “¿Saben qué es lo que está en el pipeline, qué precios tiene y si están dispuestos, como Gobierno, a decir que como no hay que sobrepasar tal límite, no se va a financiar el siguiente medicamento de cáncer?”, se pregunta.

En referencia a las partidas de las que se pueden obtener ahorros, el exconsejero tiene claro que no sólo se pueden basar en la política farmacéutica, a pesar de que sea “de fácil ataque”, sino que en otros ámbitos como los recursos humanos o la coordinación sociosanitaria hay también potencial de ahorro. “No ha habido una política de transformación del modelo para buscar esas eficiencias. Allí donde se buscan eficiencias que no son estrictamente de la parte presupuestaria farmacéutica se empiezan a ver resultados muy interesantes”, justifica.

Y hablando de política farmacéutica, Bengoa tiene claro que las enseñanzas que hay que sacar de lo sucedido con la hepatitis C. Y es que a su modo de ver, el precio que ha pagado la industria a nivel de imagen por su planteamiento “agresivo” está siendo muy alto. “El antes y el después no solo tiene que ser de los gobiernos, sino de la industria farmacéutica. Tiene que aprender, mirarse en el espejo”.

En cuanto a reformar el sistema de patentes para tener potestad para retirarlas, el socialista se muestra partidario de seguir la lógica de la OMS y reserva esta posibilidad sólo en casos de gran problema de salud pública vería con buenos ojos la intervención del Estado para acelerar un tratamiento o una vacuna. “En el caso de la medicina del día a día, tendría que estar escuchando argumentos más fuertes de los que oigo para ir en esa dirección”.

La política sanitaria regional

“La descentralización ha sido muy buena para mejorar los resultados en sanidad pero el precio que hemos tenido que pagar es perder cierta uniformidad”, señala Bengoa incidiendo en la necesidad de identificar qué cosas es necesario uniformar, y entre ellas cómo evaluar y aceptar los resultados para evitar las reevaluaciones que se dan en las comunidades de los IPTs.

Con todo, a la hora de hablar de las diferencias en gasto sanitario per cápita que se producen entre las diferentes comunidades, el experto insiste en que los buenos resultados no sólo dependen de la cantidad de dinero que se destina. “Los americanos estaban usando el 17 por ciento de su PIB y tenían peores resultados que España, que usa en total, público y privado, un 8,5 por ciento, y un 6,5 en sanidad pública”, ejemplifica.

Con todo, considera lógico ir igualando progresivamente lo que invierten unos y otros si bien sigue considerando más importante hacer la transformación del modelo que centrarse en la financiación per capita. “Si el País Vasco hace la transformación y Andalucía, recibiendo la misma cifra per capita, no, entonces Andalucía, a los dos años, seguirá con un modelo que condiciona un sistema inflacionista per se”.

Al hilo de la política andaluza, y preguntado por las subastas y su posible extensión al ámbito nacional, Bengoa afirma no conocerlas al detalle aunque se muestra partidario de cualquier maniobra que permita buscar economías de escala a nivel nacional o en la compra de medicamentos. “Dejar que cada comunidad se busque la vida es normal porque se quieren hacer cosas que no se estaban planteando a nivel nacional. Lo que no va a ningún sitio es que entre el ámbito nacional y el autonómico estemos metiéndonos recursos mutuamente. El Consejo Interterritorial debería poder encontrar soluciones uniformes”, especifica.

El cambio del sistema

Respecto al necesario cambio hacia el modelo de crónicos, el exconsejero vasco pone en primer lugar de la estrategia al paciente, dándoles voz para que controlen su salud. “Hay que formarles y hacer una línea de inversión importante en primaria para empoderarlos. Apuesto por el método Stanford, que es el que introdujimos en el País Vasco”, clarifica agregando que un paciente activo es entre un 8 y un 21 por ciento más barato porque acude menos a la consulta y negando que la solución pase por un pacto por los pacientes como el que plantea el actual equipo ministerial. “Lo que hace falta es dar un servicio. Ese pacto va de foto electoral”, asevera. El otro punto sería la integración de cuidados entre primaria, hospitalaria y servicios sociales, para asegurar la continuidad asistencial. El tercer pilar sería planificar una inversión tecnológica para apostar por la medicina no presencial.

Respecto a los roles profesionales, Bengoa resalta el papel de la enfermería con papeles “muy interesantes que no duplican el modelo clínico” como las competencias avanzadas o la gestión de casos sin necesidad de “obsesionarse” con prescribir.