IV CONGRESO NACIONAL DE ATENCIÓN SANITARIA AL PACIENTE CRÓNICO

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JOSÉ GARCÍA Madrid | viernes, 09 de marzo de 2012 h |

La “epidemia” de la cronicidad requiere una reorganización del sistema sanitario, donde la atención primaria se encargue de la gestión integral de casos y la especializada sirva de apoyo de consultoría; nuevas alianzas entre diferentes profesiones; y perfiles profesionales con nuevas competencias para un abordaje eficiente del paciente complejo y pluripatológico. Así lo han determinado los especialistas que han participado en el IV Congreso Nacional de Atención Sanitaria al Paciente Crónica, organizado por la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc) y la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), junto con la Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana.

“Durante los últimos años se ha hecho énfasis en estrategias de enfermedad, pero la mayoría de pacientes son mayores y pluripatológicos, por lo que no pueden ser tratados de forma aislada con una estrategia de enfermedad, sino con una estrategia de evaluación individual que considere todas sus características, su expectativa vital, su calidad de vida y sus comorbilidades”, explica a GM Javier López Alegría, presidente de la SEMI. “No nos interesa la enfermedad en sí sino el individuo que comparte varias enfermedades”, añade en la misma línea Josep Basora, presidente de Semfyc, que insiste en que el sistema está preparado para tratar la enfermedad aguda pero no la crónica.

Ambos consideran que el abordaje del paciente crónico debe realizarse de una forma generalista, no desde el punto de vista de su enfermedad, sino como paciente polimedicado, frágil, de riesgo y acompañado de una visión comunitaria y biopsicosocial, de ahí que ambas especialidades reivindiquen el liderazgo en el abordaje de este tipo de pacientes. “Los médicos de familia tenemos esa visión más generalista en la comunidad, y los internistas, en el hospital”, indica Basora, abordaje —continúa— que debe ser multidisciplinar e implicar a la enfermería, salud pública, trabajadores sociales, pacientes y otros profesionales sanitarios.

Entre las estrategias que permitan dar una respuesta a los retos de la cronicidad, López Alegría destaca la creación de nuevos equipos profesionales; una reorganización sanitaria, ya que la actual condiciona los flujos de pacientes y la eficiencia global del sistema; y tratar de minimizar la fragmentación del sistema sanitario y de actos médicos que no generen valor añadido. También, aprovechar los sistemas de información de pacientes y ofrecer a los profesionales las herramientas que facilitan las nuevas tecnologías. Por su parte, Basora se centra en ser efectivos con aquellos pacientes que consumen la mayor parte del presupuesto sanitario que, por estratificación, son aquellos que comparten varias enfermedades crónicas. “Hay que darles armas para corresponsabilizarles de la enfermedad”, precisa y asegura que el sistema sanitario tiene que adaptarse a la epidemia de la cronicidad porque, en su opinión, “está en juego la sostenibilidad y el papel de cada uno en el sistema”.

Concretamente, según Basora, este tipo de pacientes necesitan una gestión integral, de casos, y que alguien se corresponsabilice de su enfermedad, que el médico de primaria sea el gestor de casos y el de especializada, un consultor. Asimismo, insta a constituir equipos multidisciplinares, ahora bien en un abordaje más amplio hacer rutas asistenciales con las distintas especialidades que afectan a estos pacientes —insuficiencia cardíaca, EPOC, asma, insuficiencia renal—. También, apunta Basora, se requiere un equipo de enfermería con un aspecto muy educacional y de corresponsabilización de los pacientes, y mayores esfuerzos desde la salud pública y la organización comunitaria.