C. S. Valladolid | viernes, 06 de marzo de 2015 h |

La integración asistencial como algo necesario a nivel sanitario, social y comunitario; las implicaciones que trae consigo el cambio del modelo sanitario tanto desde un punto de vista organizativo, como de gestión de recursos; la necesidad de poner el foco sobre las personas y no únicamente en sus enfermedades y cómo el cambio de los roles profesionales puede contribuir a una mejor atención a los pacientes crónicos son algunos de los temas clásicos que se abordaron durante el VII Congreso Nacional de Atención Sanitaria al Paciente Crónico en Valladolid, bajo el lema ‘La integración asistencial, un camino en el día a día’.

En este marco, el 6 de marzo se celebró la II Conferencia Nacional del Paciente Activo en la que se analizó el papel de los pacientes, las familias y las asociaciones en el cuidado de su salud y manejo de su enfermedad.

El presidente del comité organizador del Congreso y expresidente de la Sociedad Castellana y Leonesa de Medicina de Familia y Comunitaria (SocalemFYC), Daniel Araúzo, comentó que, en esta ocasión, se habla también de la cronicidad en la infancia, la adolescencia y en los enfermos mentales y, espera, que en próximas ediciones se le dedique un espacio a la cronicidad en pacientes con enfermedades raras (EE.RR.) o con discapacidad.

Asimismo, el presidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), Josep Basora, puso el acento en el reto fundamental que tienen por delante todos los agentes que forman parte del sistema sanitario, social e, incluso, educativo.

Una idea subrayada por todos los asistentes al congreso quienes destacaron en todas sus ponencias la necesidad de un cambio de paradigma, para el que es imprescindible la cooperación entre todos los niveles asistenciales, así como el trabajo con las personas y no tanto para las personas.

“Nos dirigimos hacia un sistema más orientado a atender a los crónicos y no tanto a los agudos, como ocurre actualmente”, recordó el experto, al tiempo que explicó que hoy en día, los pacientes crónicos suponen ocho de cada 10 consultas de Atención Primaria (AP) y el 60 por ciento de los ingresos hospitalarios. Además, se prevé que, en 2050, el 35 por ciento de la población española sea mayor de 65 años. Datos que indican la necesidad de lograr una transformación del sistema, en el que los pacientes sean más activos y participativos. Para ello, sugirió Basora, se requiere un cambio en el rol profesional y abandonar la visión tan especializada y tecnificada con la que se atiende a las personas.

Por su parte, Emilio Casariego, presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), remarcó que todavía no existe “una visión conjunta, global y adecuada”, sino que la asistencia se presta de un modo “muy fragmentado”, lo que se traduce en “una una mala solución”.

En este sentido, añadió que se puede alcanzar un SNS sostenible pero eso, remarcó, “no consiste en gastar menor, sino en gastar en lo que hay que gastar” para lograr que la población tenga la mejor calidad de vida posible teniendo en cuenta su situación, ya que eso se traduce en mejor salud, menos hospitalizaciones y, por tanto, ahorro de costes a medio y largo plazo.

También Siro Lleras, presidente de la II Conferencia del Paciente Activo, insistió en que el paciente “tiene que participar activamente en el tratamiento de la enfermedad” aunque advirtió de que no es una tarea sencilla, dado que durante mucho tiempo, los pacientes han mantenido un papel bastante pasivo.

Por ello, Lleras señaló que la dificultad para conseguir el cambio de modelo radica en que no se trata solamente de “un cambio de estructuras, sino que es fundamentalmente de comportamiento. Además, no es exclusivamente sanitario; es social, cultural, educativo”.

Los profesionales subrayaron que, sobre todo, es preciso reordenar y optimizar los recursos con los que se cuenta actualmente y que, pese a que la teoría está bien perfilada, lo fundamental es implementar todas esas medidas y líneas estratégicas aunque, advirtieron, queda mucho camino por delante.

Aparte, tal y como indicó Araúzo, “las administraciones tienen que trabajar más el liderazgo clínico y facilitar más el trabajo de los profesionales”.

Integración asistencial

Durante el congreso también se puso en valor el papel de la integración asistencial de los servicios sanitarios y sociales como posible respuesta a las necesidades de los pacientes crónicos en situación de complejidad.

En concreto, Albert Ledesma, director del Plan Interdepartamental de Atención e Interacción Social y Sanitaria de la Generalitat de Cataluña, participó en la mesa redonda ‘Integración Asistencial de los Servicios de Salud y los Servicios Sociales’, en la que anunció que en el marco del Plan de Salud 2011-2015 que lleva su comunidad se está llevando a cabo un programa de atención y prevención de la cronicidad, cuyo objetivo es tratar de dar respuesta a las necesidades sociales y sanitarias de los pacientes. En cualquier caso, puntualizó, “no puede ser un programa puramente sanitario, sino que tiene que integrar lo social y lo sanitario”. En esta línea, aseguró que es necesario “promover estilos de vida saludables, fomentar el autocuidado y avanzar hacia la atención integrada”.

Para Carmen Fernández, coordinadora de la Estrategia de Atención al Paciente Crónico en Castilla y León, la prioridad son los pacientes crónicos pluripatológicos complejos porque, probablemente, sea el grupo de pacientes a los que menos soluciones se les hayan facilitado. “El camino para el tipo de atención que necesitan estas personas es la integración asistencial, que es la única que puede garantizar una atención global a la persona”, agregó.

Los expertos manifestaron tener claro en qué punto se encuentran y a dónde quieren llegar.

La última intervención corrió a cargo de la doctora Anne Hendry, quien habló de los principales avances en los cuidados integrados que se habían producido en Escocia, gracias a la implantación de programas que apuestan por el autocuidado y por mantener a las personas como el centro del sistema. En este punto, explicó que las personas deben realizar acciones para mantenerse bien, sanos y saludables y poder así prevenir posibles patologías crónicas.

La crisis asistencial

También hubo tiempo para analizar la crisis del modelo asistencial. En esta ocasión, los ponentes se mostraron de acuerdo en que el sistema sanitario pide a gritos un cambio y que este se puede lograr por múltiples vías.

Lo primero fue especificar cuáles son los elementos clave de ese nuevo modelo. En concreto, para Ana Sobrino, excoordinadora del Grupo Comunicación y Salud de semFYC, esa transformación tiene que venir propiciada a través de la eficiencia, la atención centrada en las personas, el trabajo en equipo y la implicación activa de los pacientes en sus procesos, entre otros.

Igualmente, Rafael Bengoa, exconsejero de Sanidad y Consumo del Gobierno Vasco, destacó que “hay que trabajar más en casa, más en AP, más en la comunidad y menos en hospitales”. De este modo, continuó, se logrará un sistema más sostenible. Según el experto, la pata más débil es la del liderazgo político. “Es curioso, porque los políticos deberían estar identificando un nuevo modelo asistencial porque esto permitirá un sistema más sostenible”, puntualizó.

Con todo ello, el jefe del Departamento de Planificación y Economía de la Salud de la Escuela Nacional de Sanidad, Instituto de Salud Carlos III, José Ramón Repullo, recalcó que para alcanzar un sistema altamente sostenible y solvente, es necesario conocer qué caminos permiten avanzar y propiciar un cambio de cultura, que lleve implícito “mayor transparencia y menos improvisación tanto en política, como en gestión”.

En último término, Raquel Gómez, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, señaló que uno de los caminos para propiciar el cambio estriba en la modificación de la actitud del profesional. “Tienen que estar convencidos de que el cambio es posible a partir de pequeñas acciones y con ingenio, pero la solución no es permitir la fuga de cerebros, sino que España trabaje para ofrecer mejores empleos”, reivindicó. Si bien es cierto que los expertos afirmaron que desde el prisma sanitario no existe una visión a medio, ni a largo plazo, Bengoa reiteró que, puesto que estamos ante un problema multidimensional, es preciso la implicación de todos los agentes “de abajo-arriba y de arriba a abajo”.

Roles profesionales

Tenemos un modelo basado principalmente en curar y no tanto en prevenir. Un modelo que se centra en los pacientes agudos y no tanto en los crónicos. Un modelo que, de acuerdo a los asistentes al congreso, hay que transformar totalmente y cuanto antes.

Con esta idea como punto de partida, el presidente de la Comisión Nacional de Enfermería Familiar y Comunitaria, Enrique Oltra, reconoció que pese a que muchas personas se refieran al SNS como el mejor del mundo, no es así o, al menos, no del todo. Una de las razones es que la cronicidad y el envejecimiento poblacional están compromentiéndolo, así como el incremento de los gastos por encima de los ingresos.

En este punto, resaltó que existe una gran heterogeneidad entre los pacientes crónicos y las personas mayores. Algo que se debe tener en cuenta a la hora de plantear modelos de predicción de riesgos que sean claros.

Además, no dejó pasar la oportunidad para insistir en que todo cuento que tiene que ver con la intervención comunitaria es “mucho más complejo” de lo que se quiere hacer ver y que implica la coordinación con el paciente y con su entorno. “Es necesaria una actitud revolucionaria y tranformadora; un cambio de perspectiva”, expresó.

A su juicio, y en relación con las intervención de Oltra, Armando Martín, excoordinador general de los programas de MFyC de Cataluña, indicó que la AP y comunitaria debe convertirse en el eje central de los programas de atención a la cronicidad y la dependencia.

Desde la perspectiva de enfermería, la presidenta de la Subcomisión de Enfermería de la Unidad Docente de Álava,Sheila Sánchez, comentó que las enfermeras han trabajado constantemente por la promoción del autocuidado y la gestión de la complejidad de los pacientes, pero, sin embargo, ven que desde la sociedad o incluso desde otros niveles asistenciales su trabajo “está infravalorado”. Algo similar a lo que dijo la presidenta de la Asociación Española de Trabajo Social y Salud,Agustina Hervás de la Torre . “No necesitamos un nuevo rol profesioanl, sino un desarrollo eficaz de todos los roles profesionales, adaptando cada uno de ellos teniendo presentes sus competencias a la realidad social actual”, declaró. Está claro, anunció, que no existe una única solución, pero también es evidente la importancia de trabajar con las personas. “Esto debe hacerse con equipos multidisciplinares, fortaleciendo, además, el nexo entre AP con otros niveles y sectores”, concluyó.

En definitiva, todos reiteraron la necesidad del cambio del modelo, propusieron vías para la consecución de los objetivos, dijeron que la cooperación es vital y subrayaron que la clave está en el cambio de cultura y perspectiva.

Implicación activa de los pacientes, trabajo en equipo
y coordinación, algunas de las claves para facilitar el cambio

Las administraciones deben de incidir más en el liderazgo clínico y facilitar más el

trabajo de los profesionales

Esta edición del congreso aborda la cronicidad en la infancia, la adolescencia y

los enfermos mentales

Los pacientes crónicos representan hasta el 60%
de los ingresos hospitalarios y 8 de cada 10 consultas de AP