La implantación de la medicina personalizada se enfrenta todavía a numerosos retos e incertidumbres por resolver como el binomio coste-efectividad. Ésta fue una de las cuestiones que se plantearon durante la mesa ‘El impacto de la medicina personalizada en la gestión’, patrocinada por Merck.
El principal reto de la medicina personalizada es “reducir los tratamientos y pruebas innecesarias para mejorar el pronóstico y calidad de las intervenciones”, según explicó Carlos Alberto Arenas, gerente del Hospital Vega Baja en Orihuela, que participó en la mesa de debate junto a Pere Vallribera, director gerente del Consorcio Sanitario de Terrasa y César Pascual, director gerente del Hospital de Valdecilla de Cantabria.
La medicina personalizada puede entenderse como un “traje a medida de cada uno de los pacientes” que trata de darle al ciudadano un papel más activo en el sistema sanitario, en opinión de Vallribera. Está planteada para dotar de eficacia al tratamiento del enfermo y restar incertidumbre, pero el gran dilema sigue siendo si realmente el beneficio individual compensará, considerando a los demás pacientes, los altos costes que implica.
A juicio de Pascual, no hay que olvidar que, por ahora, “no estamos hablando de un beneficio colectivo, de momento estamos logrando beneficios individuales para patologías concretas que en un futuro tendrán un impacto en el conjunto de la salud pública, pero aún no”. Y es que, bajo su punto de vista, “la evidencia científica es escasa e insuficiente”.
Además, a esta cuestión hay que sumarle que “no hay posicionamiento oficial de las autoridades sanitarias” acerca de esta área de la medicina, un hecho que dificulta aún más su desarrollo en España. Otro aspecto que también lamentó el gerente del Valdecilla, en este sentido, es el tema de la financiación, es decir, que la medicina personalizada sea una de las grandes sacrificadas en los ajustes presupuestarios y su coste no puede ser asumido actualmente.
Para Pascual, dos podrían ser las posibles vías de financiación. De un lado, habría que consensuar con el Sistema Nacional de Salud que financiase el 100 por cien de una cartera básica de tratamientos y pruebas; por otro, la cartera de servicios complementaria de las comunidades incluiría otra serie de prestaciones.
En el transcurso de la mesa de debate, se planteó otra incertidumbre que desafía a la medicina individualizada: la cuestión ética. El estudio de las características genéticas del paciente puede llevar ante un hallazgo inesperado y la comunidad médica debe ser capaz de manejar los dilemas éticos.
Ya sea por el abundante repertorio de limitaciones o por las incertidumbres que rodean a la medicina personalizada, lo cierto es que los ponentes aseguran que este proceso de adaptar la acción terapéutica al paciente más que a la enfermedad aún se encuentra lejos de ser una realidad en España.
“Estamos logrando beneficios individuales para patologías concretas que en futuro tendrán impacto en el conjunto”
Los ponentes coincidieron en que adaptar la acción terapéutica al paciente aún no es una realidad