C. S. Madrid | viernes, 17 de junio de 2016 h |

Los avances en endoscopia, ecoendoscopia y ecografía digestiva; la llegada de los fármacos biosimilares para el tratamiento de las patologías ligadas al aparato digestivo, la situación de los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) o las mejoras que se producen en el tratamiento del cáncer de páncreas o la pancreatitis crónica son algunos de los hot topics del LXXV Congreso de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD).

Uno de los órganos que ha recibido especial atención fue el páncreas y sobre él se organizaron dos simposios. Uno de ellos se realizó en colaboración con la Asociación Española de Pancreatología (Aespanc) y otro con la Asociación Americana de Gastroenterología, en la que se abordaron temas como la pancreatitis aguda, la insuficiencia pancreática exocrina (IPE) y los avances que se han producido en el abordaje clínico de los tumores quísticos de páncreas.

Respecto a este punto, Enrique Domínguez, jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela y presidente de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), remarcó a GM que se trata de “un auténtico boom, por la enorme frecuencia con la que se encuentran quistes en este órgano”. En los últimos años, los especialistas han aprendido que se trata de tumores con potencial maligno.

En cuanto al cáncer de páncreas, los expertos remarcan que este es el cáncer de peor pronóstico, debido a que cuando se diagnostica, el paciente ya se encuentra en estadios avanzados que limitan mucho su supervivencia y en donde ya no existen demasiadas alternativas terapéuticas.

“Prácticamente, se trata de una enfermedad sistemática desde que se diagnostica y, por muchos intentos quirúrgicos y de quimioterapia (QT) que se apliquen, la realidad es que la curación de un paciente con cáncer de páncreas es la excepción”, advirtió el especialista, añadiendo que “por desgracia, se está muy lejos de conseguir los mismos resultados que en otros tumores del aparato digestivo u otros órganos”.

Sin embargo, una idea sobre la que insisten los expertos es que es “fundamental” incidir en el desarrollo de líneas para identificar biomarcadores que permitan realizar un diagnóstico precoz.

Asimismo, Domínguez mencionó que se debe estar alerta ante aquellos pacientes que debutan con una diabetes, porque el cáncer de páncreas, según precisó, produce diabetes en un “porcentaje elevado de los casos”.

“Se produce en las tres cuartas partes de los casos, lo que ocurre es que muchas veces se confunde (por la edad de presentación) con una diabetes tipo 2 y ahí es cuando se pierde un momento precioso para diagnosticar precozmente el tumor”, apostilló. Adelantándose, se podría diagnosticar este tumor hasta dos años antes, de modo que las opciones de curación del paciente “muy probablemente” cambiarían.

Desde el punto de vista clínico, aspectos como el hecho de que el paciente padezca diabetes sin que tenga fenotipo de diabético, “debe obligar a estar alerta” y tener presente que la diabetes puede ser la consecuencia de otra patología como sería en este caso, el cáncer de páncreas.

Aparte, se habló de la población que de por sí presenta riesgo genético de cáncer. En este caso, se deben aplicar estrategias de diagnóstico precoz de cribado basadas principalmente en ecoendoscopia. A sabiendas de que solo un 20 por ciento de los pacientes puede beneficiarse de la cirugía y que “la inmensa mayoría recae”, el facultativo resaltó que mediante la criotermoablación —una técnica que combina frío y radiofrecuencia— se consigue destruir el tumor, siguiendo un método mínimamente invasivo.

Esta se realiza solamente en cinco centros de todo el mundo y se logra la destrucción local del tumor. “Es muy eficaz”, apuntó el clínico antes de comentar que en Santiago han realizado esta técnica en ocho casos, siete de los cuales continúan vivos después de varios años.

“Lo que queremos conseguir inicialmente es que pacientes que no tienen la opción de tratamiento quirúrgico se puedan ‘recuperar’ para la cirugía; además, pensando en el medio plazo, creo que podemos ser optimistas y podremos destruir completamente el tumor”, señaló.

Hablando de insuficiencia pancreática exocrina, Domínguez indicó que un grupo de profesionales de Santiago desarrolló el test de aliento con triglicéridos marcados con carbono-13 para diagnosticar esta enfermedad. “Esto nos permite administrar una opción terapéutica adecuada y evaluar la eficacia del tratamiento enzimático sustitutivo”, concluyó.

Biosimilares y panorámica del congreso

A su vez, Joaquín Hinojosa del Val, jefe del Servicio de Digestivo del Hospital de Manises, aseguró que otro de los simposios que más interés despertó fue el de los biosimilares en EII.

“Genera inquietudes porque hay una serie de puntos que aún están en discusión y que se centran fundamentalmente en la intercambiabilidad entre biológicos y biosimilares. No obstante, cada vez se define mejor su utilización en el manejo de pacientes con enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa”, declaró. “Quedan dudas razonables sobre la sustitución y es preciso seguir estudiando para poder definir con mayor precisión su perfil de seguridad”, agregó.

Para el especialista, basándose en los resultados disponibles, parece que llegará un punto en el que serán “superponibles con el producto original”. La experiencia se va adquiriendo paulatinamente y todo parece indicar que “no habrá diferencias trascendentales respecto al fármaco original”.

Otro de los temas que se pusieron sobre la mesa durante el congreso fue el uso de inhibidores de la bomba de protones. Al respecto, Fernando Carballo, presidente de la SEPD, incidió en que la obligación de la sociedad es intentar anticipar los problemas y, en cierto sentido, elaborar recomendaciones que permitan orientar a los profesionales de la especialidad y de AP acerca del correcto abordaje de determinadas patologías.

Dentro de este asunto, Carballo resaltó que uno de los temas sobre los que se incidió fue un documento de posicionamiento de la sociedad en cuanto al uso adecuado de los inhibidores de la bomba de protones. “Hablamos, sobre todo, de sus posibles efectos adversos”, expuso el presidente de la sociedad, añadiendo que debe racionalizarse la preocupación que, en estos momentos, tienen los médicos y la población en general, “dejando bien claro que el cociente de riesgo-beneficio es adecuado si se utiliza en las indicaciones adecuadas”. Los especialistas recuerdan que, dado que los efectos adversos existen, deben darse a conocer.