El Centro Internacional de Criocirugía y Criomedicina (ICCC), con sede en Málaga, ha presentado una técnica para tratar la hiperplasia benigna de próstata de una forma que aumenta la calidad de vida del paciente y mantiene intactas sus funciones sexuales. Este sistema, dentro del campo de la criocirugía y criomedicina, pone en práctica la intensidad media específica de esta técnica de congelación para tratar hiperplasias benignas de próstata, incluso muy grandes, en pacientes que por una u otra circunstancia no quieren o no pueden ser intervenidos por otro sistema quirúrgico o láser. Por ejemplo, pacientes con problemas severos cardiorespiratorios, próstatas que por su tamaño no pueden ser operadas con láser o resección transuretral normal, o bien pacientes que no quieren renunciar a una vida sexual completa.
Esta criocirugía, que alcanza temperaturas algo inferiores a las de la criocirugía oncológica, se puede realizar con anestesia local o con sedación, se puede realizar en hospital de día o en la propia consulta del urólogo y precisa llevar sonda después del tratamiento durante unos días. La característica más importante es que la función sexual se conserva plenamente, ya que el paciente no pierde erección ni eyaculación; es decir, no existe eyaculación retrógrada con este sistema, sino una eyaculación normal.
Es también idónea en el tratamiento de los fibromas y quistes mamarios, que se realizan mediante control de la ecografía. Ambas pruebas se pueden realizar en la propia consulta del médico y, tras localizar el quiste o los quistes mamarios, se punciona con una aguja muy fina y se congelan, reabsorbiéndose totalmente en unas semanas.
El procedimiento es indoloro, ya que se puede realizar con anestesia local o con sedación. No deja cicatrices, al ser la aguja muy fina, ni marcas o deformaciones en la piel de la paciente. Además, al no dejar cicatrices, si se repiten los fibroadenomas se puede volver a realizar el tratamiento.