| viernes, 21 de octubre de 2011 h |

Sergio Alonso es redactor jefe de ‘La Razón’

Aunque el balance global merece la calificación de lamentable, hay un área en la que el Ministerio de Sanidad ha destacado por su inoperancia en estos últimos ocho años, muy por encima de todas las demás: los recursos humanos. La guinda al pastel la acaba de poner Leire Pajín con la reciente conferencia sobre atención primaria. Si la situación de la Sanidad española y de todo el país no fuera tan crítica, incluso dramática, deberían enmarcarse tanto el evento como las declaraciones formuladas por la ministra a tenor del mismo dentro del humor negro de la política, en la España del landismo, en la cinematografía de Peter Sellers o en el teatro del absurdo de Arrabal o Ionesco. Lamentablemente, el Sistema Nacional de Salud no está para bromas. Y tampoco para bufonadas, propaganda vacua, burlas u obviedades. Vamos al grano. Resulta ya llamativo que siete años después, y cuando queda menos de un mes para las elecciones generales, el Ministerio haya tenido a bien acordarse del primer nivel asistencial. Pocas, por no decir ninguna medida recordarán del Gobierno sobre la atención primaria a nivel estatal, la homologación de salarios, la lucha contra la burocracia, la mejora de las retribuciones o el aumento de la capacidad de resolución para descargar a la especializada de la avalancha de pacientes a la que se enfrenta. Recuerden el tijeretazo a las nóminas decretado por la Vicepresidencia Económica a instancias de Europa, o la parálisis en la que está inmersa la prueba de capacitación para efectuar el balance final de la actuación en este área de Elena Salgado, la ministra del vino; Bernat Soria, el ministro de las tallas diábolo; Trinidad Jiménez, la ministra mejor encaminada de todos, o Leire Pajín, que pasará a la historia por su contribución impagable a revitalizar una institución clave como el “Lazareto”.

En estas circunstancias, y a las puertas de los comicios, decir que el Ministerio colabora codo con codo con Valeriano Gómez, el ministro de los cinco millones de parados, para elaborar un nuevo modelo de gestión de la incapacidad temporal, o que “trabaja en la reducción de la carga burocrática de los profesiones” constituyen no sólo brindis al sol, sino un verdadero insulto a la inteligencia. Vean el comunicado que emitió Sanidad el día del evento, lean con detenimiento el capítulo denominado “más apoyos para la primaria”, y no darán crédito. Pocos ministros han sido capaces de condensar tanta propuesta etérea en tan poco espacio.

Llama la atención también la presencia cómplice en el acto de organizaciones del primer nivel asistencial, y el silencio de sus representantes sobre la banalidad del mismo y la nula respuesta de la Administración a la hora de hacer frente a los problemas de los especialistas en medicina de familia. Si algo queda claro a estas alturas es que la atención primaria requiere de una revolución, y que muchos de sus profesionales están hartos del régimen funcionarial en el que se les ha condenado a trabajar. El PSOE ha optado durante estos siete años por dejar las cosas como estaban, sin alteraciones, pero en un entorno de bancarrota asfixiante auspiciado primero por la negación de la crisis y por políticas económicas nefastas después. En estas circunstancias, le corresponderá al nuevo Ejecutivo vencedor en las urnas el 20-N mover ficha. Si deja todo igual el modelo está condenado a la muerte de forma irremisible.

Qué blog prepara Farmaindustria con el objetivo de que sirva de “embajador” de las asociaciones de pacientes? ¿Están apuntadas ya más de 600 a esta gran “colmena”, como se la denomina dentro de la patronal?

Qué importante denuncia arrastra a sus espaldas uno de los gerentes afines al PSOE que ha nombrado José Ignacio Echániz en Castilla-La Mancha? ¿Cómo es posible que este consejero haya elegido como altos cargos a conocidos simpatizantes socialistas?

Qué consejería socialista bramaba tras conocer los precios fijados recientemente por el Ministerio a algunos medicamentos?

Sacará AMA del bolsillo a algún “tapado” a las elecciones al Colegio de Médicos de Madrid, o mantendrá su apoyo a Alarilla para competir con Abreu, el elegido por Uniteco?

Por qué tuvo que abandonar el Hospital de Arganda Jesús Lago, elogiado por Fariña y aupado por Uniteco en el Colegio de Médicos de Madrid?