La Comisión Europea ha concedido la autorización de comercialización para tolvaptan, comercializado como Jinarc por Otsuka, para el tratamiento de la poliquistosis renal autosómica dominante (PQRAD) en adultos con enfermedad renal crónica (ERC) en estadios uno a tres al inicio del tratamiento y que presentan características de rápida progresión de su enfermedad. Al recibir esta autorización de comercialización, tolvaptan se convierte en el primer tratamiento farmacéutico autorizado en Europa para el tratamiento de la fisiopatología subyacente de la PQRAD.
“Hasta ahora, los profesionales sanitarios se han centrado en tratar los signos y síntomas de la PQRAD, sin ningún tratamiento específico disponible para tratar la enfermedad”, ha dicho Ron T. Gansevoort de la University Medical Centre Groningen (Países Bajos), un experto en el campo de la poliquistosis renal, quien ha continuado señalando que “tolvaptan representa un avance médico significativo en el manejo de la PQRAD; por primera vez, los profesionales sanitarios pueden modificar la progresión de la enfermedad y preservar la función renal, con la posibilidad de mejorar la calidad de vida y los resultados a largo plazo de los pacientes”.
La autorización de comercialización para tolvaptan se basa en los resultados del estudio pivotal fase III, randomizado, doble ciego y controlado con placebo, el estudio TEMPO 3:4 -el mayor estudio clínico realizado en pacientes con PQRAD hasta la fecha-. En el estudio de tres años de duración, la tasa de crecimiento del volumen renal total (VRT) durante un periodo de tres años fue significativamente menor para los sujetos tratados con tolvaptan que para los sujetos que recibieron placebo: 2,80 por ciento al año frente a 5,51 por ciento al año, respectivamente (cociente de medias geométricas 0,974; IC del 95 por ciento: 0,969 a 0,980; p<0,0001).
Estos datos demuestran una reducción significativa de aproximadamente el 50 por ciento del incremento anual del VRT frente a placebo. Además, tolvaptan mostró una reducción estadísticamente significativa en el riesgo de múltiples eventos relacionados con empeoramiento de la función renal, dolor renal, hipertensión o albuminuria (hazard ratio = 0,87, IC del 95 por ciento: 0,78-0,97, p=0,0095). Los resultados del objetivo secundario compuesto más importante se atribuye principalmente a los efectos sobre el empeoramiento de la función renal (61,4 por ciento menos probable con tolvaptan que con placebo) y el dolor renal médicamente significativo (35,8 por ciento menos probable en los pacientes tratados con tolvaptan).
Aparte de los efectos secundarios asociados a los mecanismos de acción de tolvaptan (sed, poliuria, poliaquiuria), la mayoría de los efectos secundarios observados en los pacientes con PQRAD que recibieron tolvaptan fueron comparables a los que recibieron placebo. No obstante, se detectó un riesgo de lesión hepática en los pacientes con PQRAD que tomaban tolvaptan. Se observó una elevación de la alanina transaminasa (ALT) en el 4,4 por ciento de los pacientes tratados con tolvaptan y en el 1 por ciento de los pacientes tratados con placebo. Dos (2/957, 0,2 por ciento) pacientes tratados con tolvaptan, además de un tercer paciente en el ensayo abierto de extensión, presentaron aumentos clínicamente significativos de la ALT con elevaciones concomitantes de la bilirrubina total (BT).
Aunque estas elevaciones concomitantes fueron reversibles con la suspensión inmediata de tolvaptan, representan una posibilidad de lesión hepática significativa, y los pacientes que toman tolvaptan tendrán que someterse a análisis de sangre mensuales durante los primeros 18 meses de tratamiento con tolvaptan y cada tres meses a partir de entonces para mitigar este riesgo. El tratamiento con tolvaptan debe ser iniciado y monitorizado bajo la supervisión de un clínico experto en el manejo de PQRAD que debe comprender los riesgos asociados a la terapia con tolvaptan incluyendo la toxicidad hepática y las necesidades de monitorización.