Neurorradiología/ Un estudio gerundense valida un método predictor de capacidad motora tras infarto cerebral

br

Si en la secuencia de difusión tensor por resonancia esta región cerebral se ve afectada, la evolución es peor
| 2010-10-01T17:16:00+02:00 h |

C. Ossorio

Barcelona

Un equipo de investigadores del Hospital Universitario de Girona Dr. Josep Trueta y de la Universidad de Girona, liderado por Salvador Pedraza, ha validado un método que predice la evolución del paciente con infarto cerebral (IC) con un 95 por ciento de fiabilidad.

En el estudio, publicado en American Journal of Neuroradiology, han participado más de cien pacientes. “Hacemos estudios de resonancia magnética a los pacientes con infartos cerebrales y hemos encontrado que la utilidad es doble”, explica Pedraza a GM.

Por un lado, cuando realizan la exploración inicial en las primeras horas, obtienen una reconstrucción de toda la sustancia blanca, transmisora de las órdenes motora (vía coricoespinal o piramidal). Y han comprobado que los pacientes con afectación de la vía piramidal evolucionan peor, en especial si compromete a nivel de la cápsula interna. “Cuando haces un estudio de resonancia, es clave realizar una secuencia de difusión tensor y comprobar si hay afectación del infarto hasta la cápsula interna, que es lo determinante”, asevera el experto.

La pista del ratio

Por otro lado, el infarto provoca la degeneración de la sustancia blanca, y si se realiza el estudio a los 30 días de evolución, y se valora la anisotropía fraccional (la microestructura de la sustancia blanca), hallan que los pacientes que evolucionan mal presentan un ratio muy diferente al de los que tienen buen pronóstico. “Concretamente, miramos la anisotropía fraccional de la vía piramidal homolateral al infarto respecto a la vía contralateral. Cuando la relación es menor a un ratio de 0.925, claramente los pacientes evolucionan peor a largo plazo”, aclara Pedraza.

Este estudio, realizado durante los últimos cuatro años gracias al apoyo del Fondo de Investigaciones Sanitarias (FIS), aporta un factor pronóstico y abre una posible vía que indicaría qué pacientes requieren una intensificación de su tratamiento.