Entrevista/ El papel de los genéricos desde el punto de vista de los colegios profesionales
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Rocío bueno
Madrid
Pregunta. ¿Qué papel juegan los genéricos en la prestación farmacéutica?
Respuesta. Los genéricos tienen un papel importante dentro del uso racional del medicamento siempre que se ajusten a los principios de eficacia, seguridad, calidad y ética de la prescripción. En referencia a nuestro sistema sanitario y su sostenibilidad a través de la contención del gasto, suponen una medida relevante en la disminución del gasto farmacéutico.
P. ¿Hay todavía mitos que desterrar dentro del colectivo médico sobre los genéricos?
R. Sí, pero destacaría que cuando provienen de un sector con responsabilidad en el tema, tienen cierto trasfondo. El mito del genérico fundamentalmente está en el tema de la bioequivalencia. Es decir, que la especialidad debe ser esencialmente similar a la original no solamente en su composición cuantitativa y cualitativa, sino también en su composición de excipientes. Esto evitaría cualquier tipo de discriminación.
P. Y sobre la libertad de prescripción...
R. La libertad de prescripción por parte del médico está perfectamente asumida y no puede ser coartada, el paciente debe ser informado y la prescripción debe estar fundamentada en un diagnóstico basado en el conocimiento del paciente. De ahí la creación por parte de la OMC del Observatorio de la Prescripción. Apoyadas por el uso racional de los medicamentos, la formación y los sistemas de seguridad, estas medidas implican a todos los profesionales en una cuestión en la que todos, médicos, pacientes y Administración, debemos trabajar.
P. ¿Cree que, en vez de convencer a los médicos, la Administración ha intentado imponer el uso de genéricos?
R. No estamos en contra de los genéricos, la discusión es si realmente son especialidades esencialmente similares a los originales o no. Esto no se da en todas las circunstancias y tampoco la seguridad de que la prescripción no vaya a ser cambiada en la farmacia. Se deben respetar los principios de la libertad y la ética de la prescripción y la corresponsabilidad del paciente. Las administraciones sanitarias no deben utilizar su criterio de contención de gasto para imponer nada a prescriptores ni pacientes.
P. ¿Qué opina del nuevo Sistema de Precios de Referencia?
R. El que sólo se financie el menor precio de una determinada presentación y que se llegue a unos precios de venta que no sean atractivos para el fabricante, conlleva la amenaza de que el fabricante deje de fabricar esos productos. Por ello, siempre está ahí la posibilidad de un desabastecimiento y de un eventual efecto rebote porque se tenga que recetar los más caros.
P. ¿Es difícil confiar en los genéricos cuando hay presentaciones de un mismo principio activo?
R. Distinguimos dos temas: el de la confianza en el genérico, si es una especialidad esencialmente similar, y el de las apariencias. En el mercado de prestaciones farmacéuticas español se dan confusiones que disminuyen los mecanismos de seguridad. Con las diferentes formas de presentación de nuestro mercado, hay posibilidad de que un paciente esté tomando dos o tres preparados del mismo principio activo. Los genéricos deberían tener todos la misma bioapariencia para evitarlo. Además, el prescriptor no dispone de la casilla que tantas veces hemos solicitado de “no sustitución” por parte del farmacéutico. Creo que este problema se puede mitigar ahora con la receta electrónica.
P. ¿La apariencia es un problema principal a solventar?
R. La bioapariencia es un problema fundamental, sin lugar a dudas, junto a la cuestión de la trazabilidad: el seguimiento del medicamento desde que sale de fábrica hasta que se dispensa debería incluir su correspondiente número de referencia y control unitario, y no una referencia por bloques como se hace en estos momentos, lo que provoca una disminución en la seguridad.
P. ¿Las diferentes políticas de gestión en relación a los medicamentos que existen en las comunidades pueden provocar inequidades?
R. Me gustaría decir que no, pero la realidad es que tenemos 17 mercados correspondientes comunidades en torno a las cuales giran otros 600-800 micromercados. Se trata de un sistema muy garantista que, sin embargo, no es finalista al igual que los sistemas de nuestro entorno. Cada comunidad ha copiado lo que tenía la vecina y, aparte de la cartera de servicios comunes del Estado, ha incluido aspectos para diferenciarse de los demás, algunas veces sin poder llevarse a cabo y otras veces ocasionando inequidades dentro del propio sistema. Así, no sólo hay variaciones en las prestaciones sanitarias sino también en las políticas de cada comunidad. En Andalucía, por ejemplo, hay gratuidad de los medicamentos para los niños de hasta un año de edad, lo que no se da en el resto.