La llegada de nuevos fármacos en el tratamiento del cáncer de próstata resistete a castración ha motivado un cambio en los protocolos de actuación en esta patología cuyo pronóstico, hasta hace pocos años, no ofrecía muchas opciones en pacientes que progresaban tras el tratamiento de bloqueo hormonal con análogos de la hormona liberadora de la hormona luteinizante (LHRH).
Pero ahora, con la aparición de “nuevas moléculas que aumentan la supervivencia global, la supervivencia libre de progresión y la calidad de vida”, subraya José Manuel Cózar, presidente de la Asociación Española de Urología (AEU), se hacía necesario un nuevo documento de homogeneización de la práctica clínica en todo el territorio español “para que todos los urólogos hagan los mismos criterios de selección y sigan las mismas pautas de tratamiento en todas las comunidades autónomas”.
Este nuevo ‘Protocolo de actuación en pacientes con cáncer de próstata resistente a la castración’, indicado en aquellos pacientes en los que progresa la enfermedad a pesar de la terapia de deprivación androgénica, recoge las pautas de actuación que debería llevar a cabo el especialista no solo en la evaluación primaria y el tratamiento posterior, sino también durante el seguimiento multidisciplinar de cada paciente, al que habrá que seguir de manera individualizada. Para conseguirlo, este protocolo recomienda el uso de un algoritmo terapéutico de clasificación e incluso señala “cuándo realizar pruebas como un TAC, por ejemplo”, apunta Miguel Unda, jefe del Servicio de Urología del Hospital de Basurto y coordinador nacional del Grupo de Urología Oncológica de la AEU. Además, el documento hace también “un repaso de los efectos secundarios que pueden tener estos tratamientos y cómo resolverlos”, destaca este mismo profesional.
Y, una vez presentado, es posible empezar a aplicar el protocolo inmediatamente, “en cuanto el jefe del Servicio de cada hospital lo adapte a su propio medio”, señala el presidente de la AEU. Y todo ello con el objetivo de no duplicar pruebas, de ahorrar costes y de contribuir a la sostenibilidad del sistema sanitario.