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No es habitual que las sociedades científicas tengan conflictos, o al menos, no de forma pública. Por eso llama la atención el comunicado emitido por la Asociación Española de Urología (AEU) donde tacha a la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) de guiarse por criterios mercantilistas más que científicos. El documento, al que ha tenido acceso GACETA MÉDICA, está rubricado no sólo por el presidente de la AEU, Humberto Villavicencio, sino también por los 16 presidentes autonómicos y con él se pretende elevar a la opinión pública del ciudadano, a las autoridades sanitarias y a las sociedades científicas médicas una situación que, parece, viene de largo.
La polémica surge por el uso de las nuevas moléculas orales utilizadas en el tratamiento del cáncer de próstata (abiraterona) y renal (antiangiogénicos). Así, respecto al uso de acetato de abiraterona en pacientes con cáncer de próstata resistentes a castración asintomático o mínimamente sintomático y previo al uso de quimioterapia (QT), los urólogos hacen referencia a su efectividad y “excelente” perfil de seguridad, razón por la cual dicho fármaco “probablemente” sustituirá a las segundas maniobras hormonales, lo que le convierte “en una alternativa excelente para ser prescrito por los urólogos”.
Dicho esto, la AEU afirma que la SEOM trata de restringir el uso de fármacos orales a su especialidad, lo que no responde a criterios médicos e intentando “poner fronteras donde no debe haberlas”. Este planteamiento se sustenta para los urólogos en los argumentos esgrimidos por los oncólogos en un editorial de Annals of Oncology (Ann. Onocol 2010:21: pp.196 párrafo: 3º) en el que se apela a la mayor experiencia de los oncólogos para justificar el monopolio de los tratamientos orales, y excluir a especialistas menos entrenados.
Al respecto, los urólogos recuerdan que los tratamientos hormonales comienzan a utilizarse en 1945 por los urólogos (35 años antes de que se estableciera la especialidad de Oncología Médica), conociendo estos, por tanto, su eficacia y morbilidad. Sin embargo, apuntan desde la AEU, se excluye de su manejo “en connivencia con la Administración” un fármaco de evidente acción hormonal en el hombre, algo que, insisten, obedecen a intereses distintos del beneficio del paciente. “Estos intentos responden no a un ejercicio de responsabilidad, sino a un intento espúreo de una ampliación irracional de la especialidad de Oncología Médica a costa de limitar a otras especialidades, además de otros posibles intereses difíciles de confesar”, reza el escrito.
Por todo ello, desde la AEU y la Comisión Nacional de Ia Especialidad reivindican que el diagnóstico y tratamiento del cáncer renal en todos sus estadios es competencia del urólogo, así como el uso de los tratamientos médicos y quirúrgicos que se precisan para su curación. Al cierre de esta edición, la SEOM, por su lado, no había hecho declaraciones al respecto.
El escrito está dirigido a los ciudadanos, a las autoridades y a las sociedades científicas
“Los intentos responden a un intento espúreo de una ampliación irracional de la especialidad”