Científicos de la Universidad de Granada, pertenecientes al Centro de Investigación Biomédica, han descubierto que la melatonina podría servir para evitar la sepsis. Su trabajo ha sido publicado en Faseb Journal. Este estudio ha permitido identificar que la activación del inflamasoma NLRP3 “es requerida y necesaria”, señalan los investigadores, para la respuesta inflamatoria sistémica en la sepsis y su extrema gravedad. Asimismo han descubierto las dianas moleculares de la melatonina que respaldan su alta eficacia como antiinflamatorio en la clínica, una condición que actualmente está siendo evaluada en un ensayo clínico en el laboratorio.
Los expertos señalan que han identificado que la activación del inflamasoma NLRP3 es necesaria para la respuesta inflamatoria sistémica en la sepsis, ya que es responsable en última instancia de la maduración de citoquinas proinflamatorias que, como la pro-IL-1beta, pro-IL-18 y pro-IL-33, son inducidas en forma inactiva por NF-kB. Al ser activadas por el inflamasoma NLRP3, esas citoquinas, sobre todo la IL-1beta, retroalimenta positivamente a Nf-kB, amplificando de esta forma la respuesta inmune, lo que condiciona la respuesta exagerada de la inflamación sistémica en la sepsis.
Una vez definidas estas vías, los científicos estudiaron en ratones los mecanismos responsables de su activación, y gracias a la participación de RORalfa, un receptor nuclear de melatonina, en la inhibición de la inmunidad innata, pudieron identificar este receptor como el mecanismo de la acción antiinflamatoria de la melatonina, que, además, estimula la bioenergética mitocondrial frenando la producción de radicales libres e inhibiendo al inflamasoma NLRP3.
Con este estudio, indica José Antonio García Santos, autor principal del trabajo, han demostrado “las bases de la cronoinflamación como mecanismo fundamental que promueve la conexión Nf-kB/NLRP3 y la inflamación sistémica en la sepsis. La disrupción de esta conexión por la melatonina inactiva todas las vías de la inmunidad innata activadas en la sepsis, lo que permite recuperar del shock séptico y fallo multiorgánico y aumentar significativamente la supervivencia”, apunta García Santos.