Inmunooncología/ Agentes que actúan en la comunicación celular del sistema inmunitario

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c. ossorio Barcelona | viernes, 17 de mayo de 2013 h |

La inmunooncología es una vía de investigación que desde hace unos años busca potenciar el efecto del sistema inmune para luchar contra las células tumorales.

Si bien hasta hace poco los fármacos disponibles eran poco eficaces a la hora de estimular el sistema inmune, en los tres últimos años han ido surgiendo nuevas moléculas que actúan sobre la interacción de dos tipos de células, las que presentan los antígenos (dendríticas) y los linfocitos T. La comunicación entre ellas es lo que regula la respuesta inmunológica, y por ello los fármacos que se dirigen a esa diana son los únicos que están dando resultados, como indica Alfonso Berrocal, jefe de Sección del Servicio de Oncología del Hospital General Universitario de Valencia, que participó en una reunión en Madrid con los mayores expertos en esta materia, auspiciada por Bristol-Myers Squibb.

El primero que ha estado disponible en la práctica clínica para abordar este canal de comunicación del sistema inmunológico es ipilimumab, que se desarrolló en melanoma por ser uno de los tumores más inmunogénicos, si bien también tiene desarrollo clínico en otros tumores, como pulmón y próstata.

Berrocal señala que, en melanoma, este fármaco ofrece resultados sorprendentes en cuanto a la duración de la respuesta. De hecho, tras más de 8 años de seguimiento, están comprobando que uno de cada cinco pacientes tratados con ipilimumab pase a ser un potencial largo superviviente. “Estamos considerando que son pacientes con perfil de curación, porque no hay evidencia de recaídas en un tiempo muy posterior al que deberían haberla presentado”, asevera.

Cuando el melanoma es metastásico, la tasa de supervivencia a los cinco años antes de la disponibilidad de este fármaco era inferior al 5 por ciento, que ipilimumab incrementa hasta tasas cercanas al 25 por ciento.

Anti-PD-1

Sin embargo, es sólo el primero de una serie de moléculas en desarrollo que actúan en la comunicación celular del sistema inmunológico y prometen convertirse en un pilar de tratamiento de los pacientes oncológicos, y no sólo en melanoma.

El que viene detrás de ipilimumab es el anticuerpo anti-PD-1, que evita que las células tumorales no sean reconocidas por el sistema inmune. Según recuerda Berrocal, en la edición del Congreso Americano de Oncología (ASCO) del año pasado ya se presentaron datos preliminares en fase I que apuntaban a que la tasa de respuesta que logra en melanoma es el doble que la de ipilimumab, con el mismo perfil de supervivencia, aunque con un seguimiento lógicamente más corto.

La cuestión es que, si bien ipilimumab presenta una tasa de reducción del tamaño del tumor baja, de aproximadamente un 15 por ciento, los agentes de inmunoterapia consiguen controlar el tumor aunque no lo reduzcan. “Logran un equilibrio de forma que al tumor se le van destruyendo células por el sistema inmunológico, y no crece. Por eso el beneficio en supervivencia es mayor que en respuesta”, aclara el experto.

En cualquier caso, la expectativa con anti-DP-1, que logró respuestas similares en melanoma, cáncer de pulmón y cáncer renal, es que logre una supervivencia mejor que la de ipilimumab.

De hecho, parece que la mejor estrategia puede ser combinarlos, puesto que ipilimumab activa el sistema inmunológico, y el anticuerpo anti-PD-1 evita que la célula tumoral pueda pasar desapercibida. Los primeros resultados de ese dúo serán presentados próximamente en la Reunión Anual ASCO en Chicago (EEUU).