| jueves, 18 de abril de 2013 h |

El estudio de la microestructura de huesos humanos arqueológicos permite entender y mejorar la evolución de los actuales implantes quirúrgicos de biovidrios y biocerámicas reabsorbibles.Al menos eso es en lo que trabaja actualmente un grupo multidisciplinar formado por especialistas del Laboratorio de Poblaciones del Pasado (LAPP) del Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y por investigadores del Grupo de Diagramas de Equilibrio de Fases del Instituto de Cerámica y Vidrio del CSIC, implicados en el proyecto ‘Nuevos materiales cerámicos bioactivos en sistemas en equilibrio y en no equilibrio’ (BIOACTEQ MAT2010-17753).

De momento, los primeros resultados de esta colaboración ponen de manifiesto que el estudio de restos óseos humanos recuperados del registro arqueológico puede aportar información relevante para el desarrollo de biomateriales útiles en implantes quirúrgicos. Al mismo tiempo, sus trabajos están demostrando que la metodología de estudio y caracterización de materiales cerámicos proporciona nuevas vías de aproximación al conocimiento tanto del tejido óseo como de la vida de las poblaciones antiguas. Como describe Oscar Cambra, investigador del LAPP, “se trata de dos ámbitos de investigación aparentemente dispares que han entrado en sinergia, apoyándose entre sí”.

Hace dos años ambos grupos comenzaron a colaborar con el objetivo básico de “aprender unos de otros”, según explican los investigadores del Instituto de Cerámica y Vidrio. Y ahora, Carmen Nacarino Meneses, del LAPP, defenderá la primera tesis doctoral que explora la microestructura de huesos arqueológicos para conocer mejor el proceso de implantación de diferentes tipologías de biomateriales en intervenciones quirúrgicas. Todos coinciden en afirmar que los primeros frutos de esta alianza entre grupos de investigación —establecida en el marco habitual de colaboración entre ambas instituciones y convertido hoy en el Campus de Excelencia Internacional UAM+CSIC— significa mucho en los actuales tiempos, en los que la investigación ve mermada su financiación. “Es necesario difuminar los límites entre las disciplinas científicas en pro de encontrar líneas de trabajo que realimenten las nuevas ideas. Sin arriesgar, la novedad es difícil de encontrar”, concluyen.