Café de REdacción/ Medicamentos Falsificados
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R.B.
GACETA MÉDICA
Prácticamente todos los expertos coinciden en señalar las campañas de información y sensibilización dirigidas a los pacientes como el ingrediente más destacado de la receta contra la falsificación de documentos. “Si un paciente conoce el riesgo, por mucho que se ahorre tres o cuatro euros, preferirá comprar en los canales habituales”, manifestó Teresa Millán, directora de Relaciones Institucionales de Lilly.
Por su parte, el vicepresidente de la Alianza General de Pacientes (AGP), Alejandro Toledo, aseguró que se reunirá antes del verano con la ministra y le planteará la posibilidad de realizar una campaña de concienciación dirigida a los pacientes.
Dadas las dificultades para establecer un control eficaz de las páginas web, la información se erige así como el arma más útil. “El que va a comprar un polo a un mercadillo sabe a lo que va. Si el polo destiñe, sólo se habrá quedado en un fraude económico. Sin embargo, nadie quiere comprar un medicamento falsificado”, argumentó José María Martín del Castillo, consejero técnico de la Aemps.
Al nivel del tráfico de drogas
Los actores implicados en esta problemática reclaman con unanimidad el endurecimiento de las penas para los falsificadores y la tipificación de esta actividad ilegal como un delito contra la salud pública. Esto colocaría la falsificación de fármacos como un delito al mismo nivel del tráfico de drogas. En este sentido, Toledo indicó su intención de trasladar esta cuestión a la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados.
Asimismo, junto al endurecimiento de las penas a los detenidos por este delito, contribuirá, según los expertos, la ratificación de la nueva directiva europea. Y es que, tal y como explicó Serafín Castro, comisario jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), mientras que en Alemania la pena por falsificar medicamentos va desde los nueve hasta los 25 años, en España está entre los seis meses y los tres años.
Rocío Bueno
GACETA MEDICA
Los ingentes beneficios de un negocio que mueve en España 1.500 millones de euros no hacen sino confirmar el avance de un problema que puede tener importantes consecuencias en la salud de los pacientes. Hasta un 10 por ciento del mercado total de los medicamentos está constituido por fármacos falsificados, según los datos de la Organización Mundial de la Salud, y todo parece indicar que este negocio ilegal se concentra en nuestro país en Internet. Éste fue el eje del debate celebrado en el último Café de Redacción organizado por Contenidos e Información de Salud, un encuentro en el que se dieron cita distintos representantes de los agentes del sector.
Las condiciones de seguridad que hasta ahora se han mantenido en los canales legales de distribución, han evitado infiltraciones de lotes de falsificados en las oficinas de farmacia de nuestro país. “Afortunadamente, nuestro sistema funciona y no es poroso. Hay que defenderlo porque ha dado muestras de validez”, afirmó durante el coloquio José María Martín del Castillo, consejero técnico de la Aemps. Sin embargo, esta situación podría cambiar, por lo que desde la patronal de distribución Fedifar, se reclamó a su vez el desarrollo de licencias específicas para los distintos operadores así como profundizar en una política de inspecciones.
En cuanto al perfil del comprador online, desde la Aemps se describió como el de una persona cómoda e interesada en la discreción.
Por otra parte, los medicamentos más reclamados en la red siguen siendo los anabolizantes y los indicados para la disfunción eréctil, aunque, tal y como aseguró la representante de la farmacéutica Lilly, Teresa Millán, “cada vez se falsifican más medicamentos indicados para enfermedades crónicas y patologías de prolongado tratamiento”.
Nueva directiva
Toda la atención se coloca ahora en este ámbito sobre la nueva Directiva Europea contra la Falsificación de Fármacos, un documento pendiente de ratificación que incluirá referencias a los peligros de Internet en esta parcela. “El tema de Internet se ha incluido pero no se sabe cómo saldrá”, según aseguró Ana Aliaga, secretaria general del CGCOF, quien afirmó que “existe una tendencia a que sean los países miembros los que regulen esta área tan incontrolada”.
Así, de momento la única alternativa viable para luchar contra la falsificación de medicamentos es poner límites a las webs sospechosas, una tarea en la que los servidores podrían convertirse en importante aliados. “No podemos actuar sobre un servidor que está en las Bermudas, pero si logramos que esa página se retire del mercado español, estaremos haciendo lo correcto”, dijo Martín del Castillo.