Con el objetivo de disponer de información detallada de todas aquellas complicaciones que se pueden producir al realizar la técnica de ablación con catéter, un equipo de cardiólogos ha presentado un proyecto de creación de un registro nacional que agrupe estos problemas con el fin de que sea “mucho más fácil identificarlos, solventarlos y evitar muchas de las actuales complicaciones”, ha explicado Ángel Moya, presidente de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), durante la celebración de la 13º Reunión de esta sección en Gerona.
Actualmente ya existen, en el campo de las arritmias, un registro de ablación, uno de desfibriladores y otro de marcapasos, pero este proyecto pretende algo distinto ya que, explican los expertos, será un registro voluntario pero muy detallado tanto en cuanto a las circunstancias que han complicado la ablación como en la evolución y seguimiento posterior de la misma. Durante la reunión, los expertos aprovecharon también para reiterar la necesidad de que todos los pacientes tengan acceso a los nuevos anticoagulantes orales.
Cardiopatía isquémica.
Prácticamente a la vez que esta reunión, se celebraba también el 16º Simposio Internacional de Cardiopatía Isquémica de la SEC en Sevilla, en el que se debatió, entre otros temas, el papel del balón de contrapulsación en pacientes graves que sufren un shock cardiogénico. “Aunque este dispositivo ha demostrado que mejora los parámetros hemodinámicos, la función renal y la aportación de oxígeno a los tejidos, no se han encontrado evidencias firmes de que también consiga reducir la alta mortalidad del shock cardiogénico en los pacientes con infarto”, ha subrayado Antonio Fernández-Ortiz, presidente de la Sección de Cardiopatía Isquémica y Cuidados Agudos Cardiovasculares de la SEC. Un “problema” que ha abierto el debate acerca de la idoneidad de adelantar la implantación de este dispositivo, ya que ello podría mejorar los resultados en mortalidad.
También los stents bioabsorbibles han sido protagonistas del Simposio ya que, gracias a que permiten que la arteria dañada recupere su movilidad y a que “aceptan” una reintervención en caso de que fuera necesario, se postulan como claros sustitutos de los stents metálicos utilizados en la práctica clínica habitual.
Además, se presentaron también diversos resultados de eficacia de la hipotermia en la reducción de efectos adversos tras sufrir una parada cardiaca. Así, se volvieron a presentar por ejemplo los resultados de un estudio del Hospital La Paz, que demostró que bajar la temperatura de 34 a 32 grados centígrados tras realizar la resucitación pulmonar reducía hasta un 40 por ciento las secuelas cerebrales.