Un estudio liderado por el Grupo de Factores de Crecimiento del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) concluye que la inhibición o el bloqueo de ciertos factores protumorales secretados por las células que muestran signos de envejecimiento prematuro puede constituir una nueva estrategia antitumoral en cáncer de mama HER2+. Los investigadores han estudiado la senescencia natural y han confirmado que el porcentaje de células senescentes en un tumor es bajo y constante (2-5 por ciento). “Pero si imaginamos a las células una al lado de la otra en tres dimensiones, comprenderemos la gran capacidad que tienen las senescentes para interaccionar con un gran número de células tumorales: una célula senescente productora de estos factores está a tres células de distancia de la célula más alejada, por lo que el efecto en cascada que produce esta secreción de factores tiene un alto impacto en las células vecinas”, explica Joaquín Arribas, del Grupo de Factores de Crecimiento del VHIO. Este experto añade que en los modelos experimentales ya han logrado “bloquear la producción de uno de estos factores procedentes de las células senescentes, la interleucina 6”.
Esta senescencia, que contribuye a la agresividad del tumor, se ha estudiado in vitro e in vivo, tanto en modelos PDX como en animales de experimentación genéticamente modificados. Los resultados se han confirmado en todos los casos. El modelo de experimentación que mejor reproduce el tumor, al ser su propio espejo, es el PDX, pero para desarrollar el tumor el animal receptor debe tener inhibido el sistema inmunitario, sino rechazaría la implantación. Por eso se ha estudiado el tumor en modelos in vivo diferentes. “El reto es inhibir totalmente la secreción de factores protumorales de las células senescentes”, explica Arribas.