investigación/ Los expertos aconsejan administrar la terapia biológica de forma precoz para la remisión de las enfermedades inflamatorias

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Estudios actuales se dirigen a corregir el proceso de la inflamación no regulada para restablecer la potencia de medidores antiinflamatorios

Investigadores españoles y del Hospital de Feldkrich de Austria investigan las moléculas que causan patologías como la artritis reumatoide

| 2010-02-05T16:40:00+01:00 h |

Numerosas investigaciones han vinculado determinados procesos inflamatorios con la aparición de cáncer. Pero dos investigaciones recientes, publicadas en Cáncer Cell, lideradas por el investigador Michael Karin, profesor de Farmacología y Patología de la Universidad de California en San Diego (EEUU), aportan datos novedosos en torno a este entramado. Por primera vez, uno de los estudios ha demostrado que el tabaco es un potenciador de los tumores, y no sólo un indicador.

El experimento llevado a cabo por Karin revela que esta respuesta fisiológica también tiene que ver con los carcinomas de pulmón. Para ello, desarrollaron la enfermedad en ratones de laboratorio. Después, los expusieron al humo del tabaco durante cinco meses, tiempo que sirvió para medir el tamaño y la cantidad de tumores que presentaban estos animales.

Para comprobar la relación entre el humo y la inflamación, inactivaron el factor nuclear kappa B (conocido por su punto en común entre la inflamación y el cáncer). Pero fue la respuesta inflamatoria la que contribuyó a potenciar el crecimiento del tumor. Una conclusión que abre la vía al posible uso de antiinflamatorios para evitar este efecto del tabaco, ralentizando la progresión y el desarrollo del tumor.

El otro estudio, también en ratones, ha identificado como dianas dos mecanismos inflamatorios (IL-6 y TNF) vinculados con la obesidad y un mayor riesgo de cáncer de hígado. Los investigadores vieron que los ratones que carecían del receptor TNF o de IL-6 no mostraban la misma subida en este tipo de tumor. Por eso, Karin declara a GM que “tanto IL-6 como la lucha contra los anti-TNF deben ser evaluados por su capacidad para disminuir la progresión o inhibir el desarrollo del cáncer”.

En España, un equipo del Centro de Investigaciones Biológicas está investigando el uso de biomarcadores de inflamación, por ejemplo la producción y aparición de ciertos tipos de citoquinas con la progresión y el desarrollo de metástasis en cáncer de colon. “Pero los resultados aún son preliminares, aunque esperamos publicar el trabajo en unos meses”, confiesa José Ignacio Casal, uno de los investigadores.

irene fernández

Madrid

La inflamación no regulada (en la que no hay proceso de curación) da lugar a las enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide (AR) o la artritis psoriásica. Algunas líneas de investigación actuales se dirigen a corregir este proceso, a identificar nuevas dianas, o a buscar la causa de estas patologías, teniendo en el punto de mira la propia inflamación. Unos trabajos en desarrollo que próximamente aportarán luz sobre el papel inflamatorio.

El objetivo de estas patologías pasa, eso sí, por la remisión, donde cobran protagonismo las terapias biológicas. “La clave radica en el tratamiento precoz de estas enfermedades”, hizo hincapié Robert Strohal, jefe de Dermatología y Venereología del Federal University Teaching Hospital Feldkirch de Austria, durante el encuentro internacional “Las múltiples caras de la enfermedad inflamatoria”, celebrado la semana pasada en la capital.

Tal afirmación se basa en los últimos resultados de etanercept (comercializado por Wyeth como Enbrel) en el estudio Comet, a dos años. Este ensayo demostró que el tratamiento temprano con este anti-TNF en combinación con metotrexato (estándar) consigue una remisión radiográfica del 90 por ciento de los pacientes con AR temprana. “Además, mejora la calidad de vida”, dijo Strohal. Porque la combinación logró también reducir el dolor e inflamación articular consiguiendo la remisión clínica en un 57 por ciento de los casos, comparado con el 35 por ciento de los de monoterapia.

Igualmente, Strohal afirmó que la mitad de los enfermos de artritis psoriásica sufren también dolor e inflamación de sus articulaciones, y su amplia incidencia en la sociedad convierte en primordial su diagnóstico precoz, para evitar comorbilidades asociadas.

“Estas investigaciones son de suma importancia porque la artritis reumatoide acorta la vida en unos 10 años, y parece que es la inflamación que causa”, explicó a GM el profesor Robert Moots, jefe de la División de Inflamación del School of Clinical Sciences de la Universidad de Liverpool.

Riesgo cardiovascular

El grupo de Moots está llevando a cabo un estudio que pretende averiguar la relación, conocida desde hace unos años, entre la enfermedad cardiovascular y la artritis. “El riesgo es igual de alto que si se tiene diabetes”, explica. Con mecanismos patogénicos y técnicas de imagen se ve que la placa de ateroma está aumentada en los pacientes con patologías inflamatorias crónicas. Pero, insiste en que este riesgo no está del todo extendido, y que los médicos deben tener presente.

Además, su grupo sigue otra línea experimental en inflamación: un estudio en ratones de laboratorio centrado en inhibir el proceso de los neutrófilos (glóbulos blancos que tienen un efecto negativo sobre la enfermedad, ya que su liberación está condicionada por la TNF y se encuentran en abundancia en el sitio de la inflamación, dirigidos por señales químicas). Con anticuerpos monoclonales han logrado parar ese proceso en la superficie de la célula. Ahora, trasladarán el ensayo a pacientes.

Este proceso es clave y “el papel de la inflamación es muy importante, ya que si no se controla existe el riesgo de sufrir linfoma”, asegura Moots. Sin embargo, incide en que son los anti-TNF los que reducen esa inflamación y, por tanto, muy probablemente la incidencia de cáncer por esta causa.

“Creemos que es la inflamación la causa de estas enfermedades”, piensa, por su parte, Strohal. Su equipo e investigadores españoles, adelanta, como líderes centrales de la investigación, “estamos intentando averiguar las moléculas que causan todas estas enfermedades, pero no se sabrá públicamente nada hasta dentro de unos siete meses”.

Cardiomiopatía chagásica

En nuestro país, se abren otras líneas de investigación sobre la afección de los procesos inflamatorios. Desde hace cinco años, un grupo del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO) estudia los mecanismos reguladores de la respuesta inmunitaria, que interviene en el control de la infección del Trypanosoma cruzi, en la cardiomiopatía chagásica crónica. Como cuenta Nuria Gironés, una de las investigadoras, en el modelo experimental describieron la presencia de células mieloides CD68+ en el infiltrado inflamatorio cardiaco agudo con fenotipo indefinido. “Que, ahora sabemos podría corresponder con células T reguladoras, muy importantes en procesos infecciosos inflamatorios”, dice. “Creemos que estos distintos mecanismos reguladores podrían determinar la susceptibilidad a la infección y la gravedad de la patología”, continúa. Por eso, están estudiando en modelo animal cómo intervenir en las distintas etapas de la enfermedad.

Marcadores biológicos

Por otro lado, investigadores del Cibersam, implicados en la afección de la inflamación en enfermedades psiquiátricas, están buscando posibles marcadores biológicos. “En las enfermedades relacionadas con el estrés oxidativo hay un disbalance porque aumentan los medidores inflamatorios y disminuyen los antiinflamatorios”, explica Juan Carlos Leza, investigador principal del Cibersam. Así, en modelo animal y muestras de pacientes están intentando identificar nuevas dianas que ayuden a restablecer la potencia de esos medidores antiinflamatorios.

El grupo de Celso Arango, director del Cibersam, por su parte, está encaminado a buscar los correlatos entre la pérdida de sustancia gris en los primeros episodios psicóticos (ver GM nº 307) y los procesos inflamatorios y el estrés oxidativo. “En un ensayo randomizado doble ciego frente a placebo queremos ver si somos capaces a través del omega 3 de mejorar el perfil oxidativo y antioxidante”, asegura. “Pero el interrogante es si la inflamación es un factor causante o un factor pronóstico de curso”, concluye.