ENTREVISTA/ Recibe el Premio Severo Ochoa de Investigación Biomédica otorgado por la Fundación Ferrer en reconocimiento a toda su carrera
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E. sainz Corada
Madrid
Pregunta. El premio reconoce toda una trayectoria, ¿cuál cree que es su mayor logro?
Respuesta. El haber aprendido de mis maestros, el profesor López Borrasca, la posibilidad de disfrutar con el trabajo, de hacerlo junto a mis compañeros y perseverar en una línea de investigación durante más de 30 años. Nuestras contribuciones en el campo del inmunofenotipo han sido relevantes y, hoy en día, Salamanca es un referente internacional en este campo, no solo del mieloma sino también en las leucemias. Otra área de innovación importante es el desarrollo y optimización de nuevos fármacos para el mieloma múltiple.
P. ¿Qué moléculas con las que trabajan en este momento en el CIC son más prometedoras?
R. Los nuevos inmunomoduladores, los nuevos inhibidores de proteasomas, los inhibidores de histona deacetilasas son quizá algunos de los compuestos más prometedores. También fármacos derivados de fondo marino como Zalypsis, en el cual tenemos puestas muchas esperanzas.
P. ¿Y cuáles están en fase más desarrollada?
R. En el momento actual sobre los inmunomoduladores como lenalidomida e inhibidores de proteasomas como bortezomib. Estos fármacos ya son una realidad. De lo que hablo es de la siguiente generación (que están dando los primeros pasos) y con los inhibidores de histona deacetilasas ya tenemos resultados muy prometedores en algunos ensayos en combinación con algunos de los fármacos anteriores.
P. Su papel ha sido fundamental en la estructuración de la investigación en la Hematología. ¿Qué habría que cambiar para mejorar la investigación en general?
R. La investigación clínica en España tiene que mejorar claramente. Es una pena que la puesta en marcha de un ensayo clínico (EC) requiera un esfuerzo mucho mayor que en otros países de nuestro entorno, que no dispongamos de un único comité central para los ensayos multicéntricos y haya que atravesar todas las barreras de los comités autonómicos o locales, lo cual supone un esfuerzo y un gasto enorme.
P. Y ¿en manos de quién está el hacer estos cambios?
R. Está en manos de una regulación que no responde a la realidad y a las necesidades de pacientes e investigadores clínicos y que en definitiva está haciendo daño a nuestro país. Igual que España es un modelo en el campo de los trasplantes, también podría ser un modelo en los EC con una legislación y una organización que fuera mucho más eficiente. También me parece importante una llamada a la responsabilidad, porque a veces el reclutar los pacientes en los ensayos es mucho más difícil y el número de los que entran en estos es claramente inferior al de otros países y eso conlleva dos problemas: España no contribuye lo suficiente al conocimiento al desarrollo de los nuevos fármacos, y en segundo lugar nuestro gasto farmacéutico podría tener un considerable ahorro si los pacientes se incluyeran en los EC.
P. ¿Cuál es la diferencia en este punto entre España y el resto de países de la UE?
R. Es un problema de educación y mentalidad que a veces tenemos, de nuestro individualismo y también de estructuras que faciliten y que premien el trabajo en equipo y en este caso a través de grupos cooperativos en EC. El tener conciencia de que esto es bueno para el enfermo, para la investigación clínica ayudaría a que se emplearan las medidas necesarias para corregir lo que para mí, puedo estar equivocado, es una clara deficiencia en el momento actual. Si se hace una apuesta decidida en este campo yo creo que España daría un salto de calidad enorme en Europa.
P. ¿Es el área de la Hematología una excepción?
R. Funciona bien pero a veces con el voluntarismo y el esfuerzo personal de algunos profesionales y lo que estoy diciendo es que sea una mentalidad general y una apuesta decidida de todos. Y cuando digo todos digo las instituciones responsables y los médicos. Que entiendan que no hay nada mejor para el progreso clínico que el trabajo en equipo. Me refiero a los estudios multicéntricos que son los que aportan más luz.
P. ¿Cuáles son sus planes a corto y medio plazo?
R. A corto plazo hay dos ensayos nacionales muy importantes del Grupo Español del Mieloma que esperamos presentar en el próximo Congreso Americano de Hematología. Y dentro de tres semanas, en el europeo se presentarán datos sobre el impacto pronóstico de un nuevo antígeno en el mieloma múltiple, el CD81; también sobre el valor pronóstico de la detección de la enfermedad mínima residual en pacientes con mieloma múltiple tratados con nuevos fármacos; y estamos pendientes de la publicación de los resultados del ensayo clínico que se ha llevado a cabo en personas con mieloma mayores de 65 años, ensayo que pretendemos que pueda proporcionar un nuevo estándar de tratamiento para este grupo de enfermos.
P. ¿Cuáles son sus inquietudes en este momento en la investigación en el mieloma?
R. La más importante es tratar de identificar por qué las células tumorales se vuelven resistentes a los tratamientos de que disponemos actualmente, y tratar de identificar cuál es la célula madre en esta enfermedad. Son dos líneas que tenemos abiertas recientemente y los datos de que disponemos son muy preliminares.