br
Del total de 39.971 defunciones en la Comunidad Valenciana, un 41% fueron ocasionadas por enfermedades cardiovasculares
Los expertos denuncian que las arritmias no tienen la relevancia social ni los recursos que se dedican a otras patologías
Toni Martínez
Valencia
La ablación es actualmente la estrategia terapéutica más eficaz para tratar la arritmia. Por este motivo en los últimos meses la Comunidad Valenciana ha iniciado un programa destinado a extenderla. En la actualidad, hay seis unidades de arritmia con un laboratorio de electrofisiología y en dos de ellas ya se han iniciado los programas de ablación.
Como explica el cardiólogo del Hospital La Fe de Valencia, Joaquín Osca, “hay que sensibilizar sobre el problema de salud que suponen las arritmias, ya que consumen muchos recursos y los organismos deben dirigir estrategias y fondos para un mejor control”.
Los números le avalan ya que las arritmias fueron las responsables del 6 por ciento de los fallecimientos en 2007 (2.300 del total de 39.971 defunciones) y responsables de la mitad de los ingresos hospitalarios por enfermedad cardiovascular.
La ablación se ha consolidado como la única opción terapéutica ante una situación de ausencia de respuesta al tratamiento farmacológico convencional o para los casos de mayor gravedad. El problema es que la ablación de la fibrilación auricular presenta una mayor complejidad técnica que otros tipos de ablación y exige una dotación tecnológica y humana superior. En este sentido, en los próximos meses se prevé que otros laboratorios de arritmias inicien la actividad de ablación de la fibrilación auricular.
Por otro lado, el Hospital La Fe lleva dos años desarrollando un proyecto dirigido a conocer la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares. Hasta el momento se ha analizado a 69 familias con algún miembro con muerte súbita y se han identificado en un 24 por ciento la afectación de una cardiopatía heredada.
Estudio genético
Durante el encuentro de la sección de Electrofisiología y Arritmias de la Sociedad Española de Cardiología, el cardiólogo Ramón Brugada, director del Medical School University of Girona y del Cardiovascular Genetics Center UdG-IDIBGI, presentó un estudio genético de los pacientes con riesgo de muerte súbita.
El estudio tiene cuatro objetivos. El primero de ellos es el de homogeneizar los estudios en los pacientes con muerte súbita para conseguir las mejores herramientas para tratar y diagnosticar la enfermedad. También se estudiará la enfermedad a nivel genético para conocer sus mutaciones y a nivel epidemiológico para ver cuál es su prevalencia y si hay factores moduladores neurológicos.
Finalmente, como explica Brugada, “queremos conocer cuál es la relación coste/efectividad, es decir ver los parámetros que nos permitan valorar si merece la pena hacer estudios genéticos a familias y mejorar el diagnóstico y el tratamiento”.
La reunión de Valencia sirvió también para hablar sobre la controversia sobre el final de Sintrom como único y principal anticoagulante para los 700.000 pacientes que reciben este tratamiento. Así, se volvió a incidir en el estudio Relay, en el que han colaborado investigadores españoles, y en el que se muestra que dabigatrán no sólo es una clara alternativa sino que posee mayor eficacia sin las desventajas del Sintrom. La importancia de este tratamiento es que es de dosis exacta (se toma una dosis dos veces al día), por lo que no exige un control exhaustivo; muestra mayor resistencia a los cambios en la dieta del paciente; interacciona mucho menos con los alimentos, y su efecto es casi inmediato, tanto en el momento en que se empieza a tomar como cuando se abandona el tratamiento. Dabigatrán podrá empezar a utilizarse este año en Estados Unidos y llegará a España para pacientes con fibrilación auricular en 2011. Los expertos destacan que su aparición cambiará la forma de proceder tanto para el paciente como para el facultativo.