La proteína mitocondrial Mfn2 podría ser una diana terapéutica para reducir la muerte neuronal en las fases tardías de un ictus. Así lo concluye un estudio dirigido por Francesc Soriano, de la Universidad de Barcelona. Como señala Soriano, una de las causas más importantes de la muerte neuronal en un ictus es el incremento de los niveles de glutamato, que es el principal neurotransmisor excitante del sistema nervioso central. “Los niveles extracelulares de glutamato se mantienen bajos por la acción de transportadores de membrana que requieren energía para funcionar”. Cuando se bloquea el flujo sanguíneo, se produce un descenso de los niveles energéticos de la región afectada. Este fenómeno provoca que los transportadores de glutamato funcionen de manera inversa y se expulse el glutamato hacia el espacio extracelular. El glutamato activa sus receptores en la superficie de las neuronas, lo que provoca la entrada de calcio, la activación de reacciones en cascada y la muerte neuronal por excitotoxicidad. “Muchas de estas cascadas excitotóxicas convergen en la mitocondria, que no solo tiene un papel en la generación de energía, sino que también tiene una función importante en la muerte por apoptosis”.
La Mfn2 es una proteína mitocondrial implicada en la regulación de la morfología y función de estos orgánulos celulares. El equipo de Soriano ha descubierto que los niveles de Mfn2 se reducen cuatro horas después de iniciarse el proceso excitotóxico en modelos animales in vitro e in vivo. Experimentos in vitro demuestran que, si se impide la disminución de Mfn2, se bloquea la fase tardía en la muerte por excitotoxicidad. Y esta disminución de los niveles de Mfn2 se produce por un mecanismo de transcripción genética. Además han observado que la proteína MEF2 es el factor de transcripción responsable del proceso. Este hallazgo abre la puerta a dar con una estrategia para corregir la disminución de la Mfn2.