Analizar el papel de la innovación tecnológica sanitaria en la modernización y adaptación del Sistema Sanitario en los cambios sociodemográficos y asistenciales ha sido el eje central del XX Encuentro del Sector de Tecnología Sanitaria, organizado hoy en Madrid por la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) y Esade. En este marco, los profesionales han vuelto a reclamar un papel más activo en gestión clínica y en innovación tecnológica. Aseguran que se ven capacitados para participar en el cambio del modelo organizativo que necesita el SNS para seguir siendo sostenible. Así lo reconoció el presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme), Carlos Macaya, que habló de la fragmentación que existe, debida a los recortes de los últimos años, con la reducción de salarios y la “desinversión tecnológica” que, a su juicio, “lo único que ha hecho es reducir la equidad”. Ante esta situación, los profesionales creen conveniente un sistema “diferente y con una nueva estructura” para seguir garantizando su calidad y su eficiencia. “Y eso pasa por una mayor participación de los profesionales sanitarios”, insistió Macaya. Como ya adelantó hace unas semanas, Facme está preparando un documento en el que las sociedades científicas reclaman un mayor protagonismo en la organización, la gestión clínica y la elaboración de indicadores; pero también en la evaluación e incorporación de innovación, tanto de equipos de tecnología como de medicamentos, a través de los informes de posicionamiento terapéutico.
Obsolescencia de equipos
Una de las áreas clave de mejora en la incorporación de la innovación al sistema sanitario es la renovación del parque tecnológico. La situación económica ha provocado un descenso en la capacidad de compra de servicios de salud, un aumento de la obsolescencia y una reducción de la inversión en el mantenimiento de los equipos. En este sentido, los profesionales han visto un poco de luz al final del túnel, con un acercamiento al diálogo por parte del Gobierno. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, estuvo presente en el encuentro y reconoció que habrá que seguir adoptando políticas para superar la crisis y recuperar el empleo (según el último informe del BBVA, la tasa de paro se mantendrá en torno al 22 por cierto en 2015), lo cierto es que, al menos en lo que tiene que ver con el gasto sanitario, parece que la orientación de esas políticas pasará de estar centrada en los recortes a hacerlo en la contención.
Montoro aludió a los primeros signos de recuperación económica (de momento sólo a nivel macro), con cifras de crecimiento del PIB que ya sitúan en el entorno del 1,3 por ciento, a pesar de las cuales, dijo, “es necesario contener el crecimiento del gasto sanitario, no el volumen del gasto”. Este cambio cuantitativo viene acompañado de un nuevo enfoque a la hora de configurar y adoptar estas políticas. Ahora que parece haber pasado lo peor, el ministerio parece estar dispuesto a dialogar con los distintos agentes para orientarlas. Muestra de ello son, como reconoció el ministro, “los acuerdos y medidas con los proveedores públicos para establecer techos de gasto en sanidad”, que es, según dijo, “la partida que más tensiona las cuentas de las comunidades”.
Abordadas estas cuestiones, el ministro también dejó hueco en su intervención para reconocer el problema de los impagos a los proveedores sanitarios, donde reconoció que habrá que seguir movilizando recursos para evitar que estas deudas se sigan acumulando. Asimismo, el presidente de la Fenin, Daniel Carreño, puso las cuentas sobre la mesa, y, aunque admitió que el volumen de la deuda con los proveedores ha disminuido “aún estamos lejos del objetivo final”. Precisamente, para alcanzar el citado objetivo, que no es otro que el cumplimiento de los plazos que marca la ley, Carrero se mostró esperanzado por la posible repercusión que tendría “el paquete legislativo aprobado por el Gobierno”.
Para el presidente de Fenin, el sector es un “socio estratégico clave para la generación de riqueza y empleo”, que además ha mostrado su total compromiso con el SNS “poniendo las mejores tecnologías al servicio de los profesionales sanitarios en un entorno especialmente complejo, como ha sido el derivado de la crisis económica”. Otra de las aportaciones de la industria de la tecnología sanitaria ha sido su “colaboración en la implementación de las TICs en el sistema sanitario, haciéndolo interoperable”, de modo que siga siendo una herramienta de trabajo fundamental para el seguimiento de la enfermedad de los pacientes.
Nuevas estructuras
Por otro lado, la industria de la tecnología sanitaria comparte con la Administración la necesidad de una estrategia para la eficiencia basándose en la capacidad innovadora. En este sentido, la incorporación de nuevos modelos de gestión y contratación diseñados por las CC.AA. debe favorecer la introducción de innovaciones, capaces de aportar valor y eficiencia al sistema sanitario. Los expertos apuestan por avanzar en el diseño de procesos estandarizados, transparentes y ágiles en todo el sistema y facilitar no sólo el acceso de pacientes y profesionales a las mejores soluciones posibles, sino también para estimular la actividad innovadora y el desarrollo de soluciones futuras. Los beneficios de la innovación en el proceso asistencial y la opinión de los profesionales sanitarios deben ser considerados como criterios básicos de decisión en la adquisición de tecnología.
De este modo, el conseller de Salut de la Generalitat de Cataluña, Boi Ruiz, reconoció la dificultad del sector para orientar sus estrategias. En este sentido, aclaró que la posición de la Generalitat es focalizarse en las políticas proactivas sin descuidar las reactivas. “No se trata de paliar accidentes, si no de evitarlos, aunque también tenemos que tener elementos para tratar los que se produzcan”, explicó.
Entre las recetas que le propuso el consejero al sector destaca el cambio de paradigma en las relaciones que les unen, de tal forma que en ligar de comprador-proveedor se pase a un vínculo de partenariado. Otro de los problemas que existe en el panorama de la gestión sanitaria es la referente a la Ley de Contratos Públicos. Martín Blanco, secretario general de Planificación y Evaluación Económica de la Junta de Andalucía, señaló que existe un terreno muy farragoso para implantar las innovaciones. “Esta ley nació como un mecanismo de control a posibles casos de corrupción y a la vista está que no ha funcionado”. A pesar del exceso burocrático que, según manifestó Blanco, tiene esta legislación, indicó que tratan de “darle un giro y nos estamos interesando por fórmulas como la Compra Pública Precomercial”.
Otro de los problemas que señalaron los gestores fue la escasa planificación económica que existe en el sector sanitario a medio plazo. Un aspecto que dificulta la previsión de la industria de tecnología sanitaria, pero que tanto Ruiz como Blanco se esforzaron en repetir que darán la bienvenida a todos los servicios que sean eficaces.