gm Madrid | viernes, 20 de junio de 2014 h |

En los próximos años, se atenderán en las unidades de cuidados intensivos (UCI) de todo el mundo a más de 20 millones de personas aquejadas de sepsis grave, a unos 13 milones con necesidades de ventilación mecánica y otros tantos millones ingresarán tras una intervención quirúrgica, tal como se ha puesto de manifiesto en el 10º Congreso Panamericano e Ibérico de Medicina Crítica y Terapia Intensiva, celebrado en Madrid.

De ahí la frase de Jean Daniel Chiche, intensivista francés que augura que, en el futuro, “el mundo va a necesitar a la medicina intensiva” debido sobre todo al envejecimiento poblacional, que provocará un aumento de la demanda de servicios de estas unidades. Aquí además se abre otro reto, el de conseguir atender a los pacientes, sobre todo a los crónicos, sin necesidad de que tengan que estar ingresados físicamente en la UCI. Para conseguirlo, ya hay en marcha iniciativas útiles como la telemedicina y la teleauscultación, que permiten monitorizar y controlar las constantes vitales. ”Somos conscientes de que el paciente estaría mejor atendido médicamente si estuviera casi permanentemente ingresado, pero está comprobado que tiene mayor calidad de vida humana en su domicilio y con su familia”, subraya Francisco Rouza, intensivista pediátrico.

En este sentido, Federico Gordo, del Hospital del Henares, en Madrid, destaca un nuevo concepto, el de ‘UCI sin paredes’, en el que los profesionales trabajan tanto dentro como fuera de la UCI, colaborando transversalmente con otras especialidades del hospital. “Utilizamos herramientas tecnológicas diseñadas específicamente para detectar entre todos los pacientes del hospital cuáles tienen riesgo de deterioro crítico, monitorizando sus contantes vitales fuera de la unidad y haciendo así prevención antes de llegar a la UCI”.

Durante el Congreso, al que asistieron unos 2.000 profesionales, Lluís Blanch, presidente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc) destacó también que “los pacientes vienen a la UCI para vivir, no solo a morir”. De hecho, en España, más del 80 por ciento de los pacientes que ingresan en la UCI salen de la unidad con vida.