Digestivo/ III Jornada Aquarius de Formación en Gastroenterología para MIRs

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La modificación de la duración de la terapia antiviral es cada vez más frecuente

Un inhibidor de la proteasa muestra buenos resultados en pacientes resistentes

| 2010-05-28T16:14:00+02:00 h |

L.B.

Sevilla

Hoy por hoy el tratamiento estándar de la hepatitis C es la combinación de interferón pegilado y ribavirina, cuya duración varía en función del genotipo —el 1 y 4 se trata durante 48 semanas, y el 2 y 3 durante 24 semanas —. Sin embargo, a la espera de nuevos fármacos, la tendencia es optimizar los resultados de los tratamientos disponibles. Esto se consigue, según explicó la doctora María José Devesa, del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Clínico Universitario San Carlos, a través de la identificación de factores pronósticos de respuesta al tratamiento antiviral, y la modificación en las dosis de estos fármacos o en la duración de la terapia antiviral. De este modo, Devesa se centró durante su intervención en la III Jornada Aquarius de Formación en Gastroenterología para MIRs en los nuevos datos disponibles hasta el momento.

En este sentido, en pacientes con genotipos 1 y 4 que en la cuarta semana ya han conseguido negativizar el virus completamente —carga basal baja, por debajo de 600.000-800.000 unidades— y negativizar el RNA se podría acortar el tratamiento a 24 semanas sin que eso suponga una menor tasa de respuesta. “Esta pauta, aprobada en Europa, no la estamos haciendo de forma sistemática porque es muy reciente, la individualizamos para cada paciente”, señaló la doctora.

En el lado opuesto, una práctica habitual es la de prolongar el tratamiento a 72 semanas en aquellos pacientes con genotipos 1 y 4 que en la semana 12 no han negativizado la carga —aunque sí ha descendido por encima de dos logaritmos decimales con respecto a antes de empezar el tratamiento— para conseguir aumentar la respuesta virológica. “No obstante, hace poco un estudio multicéntrico español liderado por la doctora Guti ha mostrado resultados discordantes a este respecto”, puntualizó la especialista.

Mientras, las nuevas terapias ofrecen resultados prometedores. En concreto, los inhibidores de la proteasa. “Uno de estos fármacos, telaprevir, ha mostrado muy buenos resultados incluso en pacientes que han tenido resistencia al tratamiento previo con interferón pegilado y ribavirina, con un porcentaje de respuesta en torno al 50 por ciento. Podría estar disponible para principios de 2012”, puntualizó Devesa, al tiempo que subrayó que el futuro pasa por utilizar varios medicamentos de distintos grupos farmacológicos con diferentes dianas terapéuticas que puedan potenciarse unos a otros para conseguir un porcentaje de curación mayor.

Relación médico-paciente

La buena relación entre médico y paciente es una de las claves para el tratamiento de esta patología. Así, la ponente apuntó que el futuro del paciente se basa en la buena información y la buena relación con su médico, debido a que la eficacia del tratamiento depende de que se cumpla adecuadamente. De hecho, si se cumple más del 80 por ciento de la duración total del tratamiento hay más posibilidades de curación, mientras que, la respuesta disminuye en un 15 por ciento si no se sigue bien el mismo.

Tanto en este punto como en la detección precoz, la especialista hizo hincapié en la importancia de la coordinación entre niveles asistenciales. “Referimos a los pacientes a atención primaria porque tienen mucha más accesibilidad a la hora, por ejemplo, de tratar los efectos secundarios”, concluyó.